¿Recuerdas cuánto gastaste en comida en el último mes? Para todos aquellos que trabajamos en oficinas o en pleno movimiento, muchas veces lo más sencillo es comprar el desayuno, almuerzo y hasta la cena en la calle.

Es así que quizá muchos de nosotros no llevamos la cuenta de los gastos en alimentos que hacemos a diario pero hay que tener en cuenta que un nuevo estudio del Banco Mundial, relaciona el comer en la calle con la pobreza y la desigualdad.

Por ejemplo, en nuestro país comer fuera de casa es ya algo cotidiano. Y es que según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), en el 2014 un tercio del total del gasto destinado a comida corresponde a restaurantes o a servicios de delivery. 

Y esta cifra no es muy distinta a la de Estados Unidos, donde según el Departamento de Agricultura, comer fuera de casa representó el 43% del gasto en alimentos durante el año 2012. 

Comer en la calle = menor desigualdad

Según el estudio del Banco Mundial, el consumo de alimentos representa un alto porcentaje en el consumo total de los países en desarrollo. Por esta razón es muy importante tenerlo en cuenta junto con otros factores como salud y educación. 

Para hacer la comparación, se realizaron dos cálculos. El primero tenía en cuenta el gasto total en alimentos y el segundo, diferenciaba lo consumido en casa de lo consumido fuera de ella. 

Si se incluía la comida consumida fuera de casa, la tasa de pobreza era 16% más baja si se la comparaba con los casos donde solo se utilizó el gasto total en comida. 

De igual manera, la desigualdad en el consumo es más baja (1,3%) cuando se incluye el factor 'comer fuera de casa'.

¿Por qué ocurre esto?

Según el estudio del Banco Mundial, tener en cuenta los recursos que se usan para comer fuera de casa, compensa el incremento en la pobreza moderada. Esto quiere decir que si una familia tiene la capacidad para comer fuera de casa, puede que no sea tan pobre.

Cabe señalar que la pobreza extrema se vincula con el costo de adquirir una canasta de alimentos que compense los requisitos mínimos de calorías. Por otro lado, la pobreza moderada tiene en cuenta además, los productos necesarios para satisfacer otras necesidades como ropa, salud y vivienda. 

Al respecto, Renos Vakis, el economista y autor del informe, dijo:

“Para medir la pobreza también se revisan los gastos en alimentos, por eso, incluir la información sobre alimentos consumidos fuera de casa tiene mucho sentido. En el Perú, más del 90% de las familias comen por lo menos una vez a la semana fuera de casa, ya sea en restaurantes o en vendedores ambulantes”.

Es así que resaltó que el análisis de la relación de las fuentes de comida con la pobreza es de vital importancia para comprender problemas tales como la desnutrición, la obesidad y la sostenibilidad de alimentos a largo plazo. 

Y es que no importa de dónde vengas o a qué te dediques, todos tenemos que comer a diario, un hecho que no solo tiene que ver con la salud sino también con la definición de nuestra propia identidad. 

(Foto de cabecera: peru21.pe)

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