Sinjar, una región situada al noroeste de Irak muy cerca de la frontera con Siria y rodeada de montañas, es el lugar que escogieron los yihadistas para construir varios túneles subterráneos y así poder resguardarse ante los bombardeos de la coalición internacional.  

En dichos escondites descubiertos por las tropas kurdas durante el presente mes, se encontraron una gran cantidad de armas, sistemas eléctricos y víveres que tenían como objetivo mantener con vida y seguros a los terroristas en caso de que tuvieran que guarecerse por largos periodos de tiempo.

Un camarógrafo de la agencia AP pudo ingresar a lo que han denominado una 'ciudad subterránea' y así logró evidenciar una de las más importantes estrategias de combate del Estado Islámico.  

Y es que debajo del suelo donde se establecen las poblaciones bajo su control, el grupo extremista ha construido de manera más o menos artesanal, una ciudad paralela.  

Los trabajos 'urbanísticos' de los yihadistas cuentan incluso con dormitorios con luz eléctrica y ventiladores. Además, entre las estanterías del recinto también se pueden observar ejemplares del Corán junto con alimentos, decenas de cajas de municiones de fabricación estadounidense, medicinas, en su mayoría analgésicos y antibióticos que requieren receta médica, y mantas. En general, todo lo necesario para vivir bajo la tierra.  

Al respecto, Shamo Eadao, un comandante de las tropas kurdas que descubrieron el escondite, dijo: 

"Encontramos entre 30 y 40 túneles dentro de Sinjar. Era una red dentro de la ciudad. Daesh (Estado Islámico) cavó trincheras con el fin de esconderse de los ataques aéreos y tener libre circulación subterránea, así como para almacenar armas y explosivos".

Las entradas y la distribución 

El video del corresponsal de la AP mostró dos túneles que recorrían varios cientos de metros y que establecían sus entradas entre los escombros de las casas derribadas por los mismos terroristas en Sinjar.

Los pasadizos, aunque estrechos, tenían la altura suficiente para que una persona permanezca de pie sin ninguna dificultad. Además, en caso de bombardeos, las paredes estaban reforzadas con sacos de arena y los techos con estructuras metálicas, por donde también pasaban los cables de la electricidad.  

También se encontró una sección muy parecida a un búnker, en donde los militantes de Estado Islámico escondían los materiales y herramientas para fabricar aparatos explosivos.  

Muchos expertos explican que la red de comunicación subterránea se habría construido incluso antes de que la coalición internacional empezara sus ataques aéreos hace más de un año.  

La toma de Sinjar 

Cabe resaltar que Estado Islámico tomó el control de Sinjar en agosto del año pasado. En ese momento mató y capturó a miles de ciudadanos del lugar, en su mayoría integrantes de la minoría religiosa yazidí a quienes consideran herejes.

Al momento, varios centenares de mujeres yazidíes se encuentran secuestradas por los yihadistas. Ellas son obligadas a convertirse al islam y a casarse con los combatientes del grupo terrorista que las subyuga.

Después de la expulsión de Estado Islámico de la ciudad, las tropas kurdas encontraron dos grandes fosas comunes. La primera albergaba los restos de 78 ancianas y en la segunda, ubicada a 15 kilómetros al oeste de la Sinjar, hallaron 60 cuerpos de hombres, mujeres y niños.

Al respecto, Eadao ha señalado que faltan aún más atrocidades por descubrir. Y es que afirmó que en la medida que sus hombres vayan limpiando los explosivos de la ciudad, encontrarán más túneles y nuevas evidencias de los crímenes de Estado Islámico:

"Es sólo una cuestión de tiempo". 

(Foto de cabecera: infobae.com)