Essena O'Neill estaba viviendo el sueño de miles de adolescentes de su edad. Y es que la joven australiana de 18 años tenía más de medio millón de seguidores en Instagram, red social donde publicaba fotografías que mostraban su cuerpo y estilo de vida envidiable. Para la sociedad, se merecía todos los 'me gusta' que pudiera acumular. 

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Sin embargo, todo se tornó una triste ficción cuando O'Neill se decidió cancelar su red social y desbaratar toda la farsa de la que había sido parte. 

Y es que la joven difundió un video por Internet, en el cual reconocía que todo lo que se veía en las imágenes era una 'mentira'.

En la grabación, dijo que había eliminado casi 2.000 fotografías que no habían tenido otro objetivo que la 'autopromoción', práctica reciente y bastante dañina impulsada por los ideales que se imponen en las redes sociales. Y como si la sociedad necesitara de más factores para hundirse más, la belleza es el más importante de ellos. 

"También he pasado horas viendo a chicas perfectas en internet, deseando ser ellas. Cuando me convertí en una de ellas, no era feliz, no estaba satisfecha ni en paz conmigo misma".

O'Neill se dedicó a reescribir todos los textos que acompañaban a sus imágenes de Instagram para así mostrar la realidad que se ocultaba detrás de ellas. 

fuente: bbc.com

Por ejemplo, como descripción de una fotografía en la que aparecía con atuendo deportivo, escribió: 

"Con 15 años de rutina diaria debía restringir las calorías que consumía y hacer 'ejercicio en exceso".

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De igual manera explica, junto a una foto en la que aparece en bikini, que tuvo que tomarla varias veces para obtener un resultado aceptable para ella:

"Estómago succionado, pose estratégica, pechos subidos. Quiero que las chicas jóvenes sepan que esto no es una vida sincera, cool o inspiradora. Es perfección forzada para recibir atención".

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Y como para tirar abajo también toda la filosofía oriental que se ha puesto tan de moda en las redes sociales, escribió como descripción de una foto haciendo yoga:

"No hay nada zen en tratar de buscar parecer ser zen". 

fuente: bbc.com

Finalmente en un texto publicado en el mes de octubre, concluía con su reflexión sobre el Internet, los cánones de belleza y la aceptación social:

"Las redes sociales no son reales. Son sistemas basados en la aprobación social, en los 'me gusta', en la validación de puntos de vista y en el éxito en el número de seguidores".

Además, criticó también que las grandes marcas de ropa le pagaban miles de dólares para ponerse las prendas y lucirlas en el Instagram. Asimismo y en contraposición a su antigua postura, dijo que muchas de ellas nunca las usaría para salir a la calle. 

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Por otro lado, justificó de cierta manera, que los jóvenes se sumerjan en este fenómeno que finalmente, destruye su autoestima:

"Cualquiera que sea adicto a la fama de las redes sociales como yo lo era, no es consciente de ello".

Y para no quedarse de manos cruzadas, O'Neill ha creado una página en Internet llamada 'Let's be game changers' (Seamos decisivos), cuyo objetivo es promover la salud física, mental y espiritual, además de alentar a la preservación de la Tierra. 

fuente: gosocial.co

Hasta el momento ha recibido el apoyo de la gran mayoría de sus seguidores que le agradecen por haber tomado la decisión de salir de esa vida superflua, vacía y falsa. 

(Foto de cabecera: artistrndnew.tk)

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