Ruth Luque Ibarra, abogada de Derechos Humanos sin Fronteras, afirma que las últimas tres personas que aún quedan detenidas por las protestas del 28 de setiembre contra el proyecto minero Las Bambas podrían enfrentar injustamente nueve meses de prisión preventiva.
(Escribe Moisés Navarro, enviado especial)
Como consecuencia de los disturbios en Cotambambas, Apurímac, fueron detenidas 21 personas dentro del campamento de MMG, empresa a cargo del proyecto minero Las Bambas.
De este grupo, siete fueron trasladados a Abancay el día 29. En horas de la madrugada, cuatro fueron liberados. Los últimos tres son Edward Brandon Quispe Ccuno (18 años), Javier Mamani Coaquira (48 años) y Asunto Huamaní Huamaní (46 años).
La Fiscalía de Challhuahuacho, a cargo de Walter Vilca Yucra, ha solicitado nueve meses de prisión preventiva para los tres por los delitos de peligro común, tenencia de materiales peligrosos, disturbios y daño agravado.
Según la Policía, Quispe habría tenido una pistola, una cacerina, diez municiones y cuatro cartuchos, aparentemente de dinamita. Mamani habría tenido en su poder dos cartuchos de dinamita y Huamaní Huamaní, un cuchillo.
"Nosotros, al habernos entrevistado con los detenidos y haber rendido sus declaraciones estos manifestaron que dichas pruebas, al menos en el caso de Quispe y Mamani, fueron sembradas por miembros de la Policía y obligados a tomarse fotos y a firmar actas reconociendo que dichas municiones las tenían en su poder", dijo a LaMula.pe la abogada Ruth Luque Ibarra.
"El señor Huamaní Huamaní es quechuahablante y sus declaraciones se tomaron en castellano. Además, no se consideró de que el cuchillo que él portaba lo tenía porque iba a dedicarse a trasquilar a las ovejas", agregó la representante de Derechos Humanos Sin Fronteras.
Luque dice que Huamaní Huamaní no participaba en las movilizaciones. Mientras que los otros dos eran personas que circulaban por la zona y no participaban directamente de las protestas.
"Challhuahuacho es un distrito con personas de distintas ciudades y regiones, consecuencia de la movida comercial que el proyecto Las Bambas ocasionó durante su construcción. Se ha querido decir que Quispe y Mamani son infiltrados porque provienen de Haquira y Sicuani (Cusco). Pero lo cierto es que estaban en la zona porque tienen familiares con comercios en la zona", asevera Luque.
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