Primero fue con Pedro Pablo Kuczynski. Ahora, el primer ministro Pedro Cateriano ha tenido que recibir nuevas críticas tras la reunión que sostuvo con la lideresa de Fuerza Popular, Keiko Fujimori, en el marco del diálogo que ha emprendido el Ejecutivo con las diversas fuerzas políticas del país.
Resulta que tras el encuentro y ante decenas de periodistas, ambos líderes políticos comentaron muy escuetamente algunos pormenores de la conversación que sostuvieron.
Cuando le tocó hablar a Keiko, ella dijo que a pesar de las diferencias políticas, su agrupación tendrá las puertas abiertas a un diálogo con el Gobierno. Sin embargo, aprovechó la oportunidad para meterle una chiquita al Ejecutivo.
"Hemos tenido una conversación clara y directa en la que le he manifestado al Primer Ministro mis profundas preocupaciones por los problemas de la agenda nacional. He escuchado con mucho detenimiento cada una de las sustentaciones y le hemos manifestado también la posición de Fuerza Popular. Entiendo la iniciativa del Primer Ministro de buscar este diálogo en medio de esta crisis política, crisis severa, la más severa en los últimos cuatro años. Pero quisiera dejar sentado que a pesar de nuestra diferencias políticas, en un momento de coyuntura como la que estamos viviendo, Fuerza Popular tendrá las puertas abiertas".
¿A qué crisis severa se refiere Keiko que haya sucedido en los cuatro años? ¿Cuál de todas? En fin. Luego vino el turno de Cateriano, quien mirando a Keiko dijo:
"A pesar de lo que se dice, estos espacios de conversación donde uno tiene la oportunidad de decir directamente lo que uno piensa son provechosos. Quiero ratificar públicamente que el compromiso del presidente Humala es trabajar para dejar al siguiente Gobierno una economía saneada y organizar unas elecciones libres, neutrales y democráticas para que sea el pueblo del Perú forje su voluntad y elija al siguiente mandatario democrático de nuestra nación".
Y finalmente, llegó el momento de darse la mano. Aunque parecía que la extremidad del ministro de Estado se había petrificado y su sonrisa apenas se dejaba ver para los fotógrafos, a Keiko se le veía más cómoda, como quien ya está acostumbrada a los momentos incómodos. ¿Será herencia? No lo sabemos.
Lo cierto es que el diálogo propuesto por el Ejecutivo ha .