Gerald Oropeza, investigado por sus vínculos con el narcotráfico, fue trasladado este lunes de la carceleta del Poder Judicial al penal Ancon I en medio de fuertes medidas de seguridad, tras ser capturado en el balneario de Salinas, en Ecuador, por agentes encubiertos de la Policía peruana.
En el penal, donde cumplirá 18 meses de prisión preventiva, estará separado del resto de los internos para garantizar su integridad física, y además se dispondrá de otras medidas de seguridad en el penal que sea recluido, dijo en Ideeleradio el jefe del INPE, Julio Magán.
“Definitivamente se ha tomado todas las medidas de seguridad, desde la noche que ha llegado a la carcelera, él está totalmente aislado, separado del resto de los internos, y está brindándosele toda la seguridad para su integridad física. Así que con ese mismo criterio se seguirá esa misma línea para cuando sea ubicado en el establecimiento penitenciario”.
La cabeza de Oropeza tiene precio. La noche del 1 de abril pasado se salvó de morir en un violento ataque a su camioneta Porsche en el distrito de San Miguel. Desde ese momento, pasó a la clandestinidad.
Estuvo cinco meses prófugo de la justicia hasta que cayó el sábado último. Había sido ubicado cinco días antes de su captura en Ecuador por policías peruanos encubiertos. Según el ministro José Luis Pérez Guadalupe, fue identificado por sus tatuajes. Su aspecto físico había cambiado un poco.
El jefe del INPE agregó que también se restringirá las visitas de Oropeza y se tomarán medidas incluso en su alimentación para garantizar su integridad:
"Nosotros damos todas las medidas de seguridad para todos los internos en general, y hay algunos internos que tienen alguna particularidad por los propios hechos que se investigan, y en este caso del interno Oropeza se toman todas las medidas de seguridad, que no vaya a ocurrir ningún hecho contra su integridad, en cualquiera de las etapas, de su alimentación, de su estadía".
El fiscal Lucio Sal y Rosas dijo que Oropeza podría ser condenado hasta con 25 años de cárcel por el delito de conspiración para el narcotráfico en su modalidad agravada.
El caso de Oropeza no solo tendría relación con las mafias que sacan drogas a través del puerto del Callao, sino también ramificaciones políticas. Como se sabe, fue aprista, sus empresas tenían millonarios contratos con el Estado y, meses antes de que se descubran sus presuntas actividades ilícitas, había comprado un kit electoral.
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