La violencia contra la mujer es un tema muy presente en nuestro país. Y es que cada día se registran más casos de maltratos y hasta asesinatos contra mujeres que poco o nada pueden hacer ante el puño certero de su agresor.  

Y a pesar de que hay instancias estatales y particulares que brindan asistencia a las víctimas, muy pocos son los casos registrados oficialmente por denuncias realizadas por las mismas mujeres. El miedo y la dependencia son factores clave para no tomar cartas en el asunto, mientras que los celos son el componente explosivo de los actos violentos. Todos ellos combinados, desencadenan los trágicos sucesos que inundan las portadas de los medios peruanos.

Y los casos no son exclusivos de estratos sociales bajos. Una gran parte de la población femenina del Perú, ya sea del interior del país o de las clases más adineradas de la capital, se encuentra indefensa ante los golpes de aquellos que piensan que la violencia es la mejor manera para mantener a su pareja al lado. Es así que el control sobre otro ser humano parece ser una constante en el historial de maltratos de los hombres del país.

Es así que los casos de Yovana Román, madre de tres hijos hallada muerta dentro de una maleta en un descampado en Ate, y el de Zoila Salinas, abogada apuñalada y escondida en el sótano de su residencia de Las Casuarinas, son igual de sórdidos y violentos al margen de su clase social y nivel de instrucción. Y es que ambas fueron asesinadas por sus parejas invadidas por los celos y la desesperación. 

Cifras del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP), han registrado 22 casos de feminicidio en Lima en lo que va del 2015. Esto representa el 37% de los mismos delitos acontecidos en todo el Perú. Además, según informa la institución, otros 28 intentos de asesinato contra mujeres sucedieron en nuestra capital.

Al respecto, Marcela Huaita, ministra del MIMP, señaló que los lugares habilitados por la entidad en todo el país, denominados Centros de Emergencia Mujer (CEM), reciben denuncias de mujeres de muy pocos recursos, pero que sin embargo, la violencia no excluye a los estratos más acomodados:

“La violencia contra la mujer puede presentarse en cualquier ámbito. En los niveles sociales más altos existen recursos para identificar a tiempo un problema y asistir a terapias o asesorías privadas. Pese a ello, el grado de educación o poder adquisitivo no es determinante para evitar los feminicidios”.

(Foto de cabecera: noticias.pontecool.com)