Solo desde el aire es posible observar los tres caminos que han sido construidos en el este del Amazonas para realizar actividades de tala ilegales. Mientras esto sucede, las autoridades parecen no estar enteradas de nada o peor aún, se hacen de la vista gorda. 

Y es que una comisión de autoridades recorrió los cielos de nuestra amazonia y divisó hasta 20 camiones que transportaban troncos de árboles por las tres rutas ilegales antes mencionadas. 

Todos los caminos conducían a embarcaciones situadas en un muelle del Río Ucayali, el más importante afluente del Amazonas, ubicado a unas cuantas millas de la capital de Pucalpa. 

Y es que, según OSINFOR, el servicio de inspección forestal del país, nada menos que 75 millones de pies tablares de madera dura tropical pueden haber sido talados y transportados ilegalmente durante los últimos dos meses.

Cabe señalar que el valor local de la madera usurpada supera los 30 millones de dólares y gran parte de ella podría haber sido lavada y vendida en los mercados internacionales. 

Según Julia Urrunaga, directora de la Agencia de Investigación Ambiental (EIA) del país, hace falta más presencia de las autoridades para detener la actividad ilegal:

"Estas imágenes nos muestran lo que sabíamos que estaba pasando, pero no pudimos ver. La tala ilegal de bienes se alimenta de la madera lavada que el Perú se sigue exportando. Lo que necesitamos es que las autoridades competentes tomen medidas: para detener a los camiones, para aprovechar la madera ilegal, para identificar la red de crimen organizado y para procesar con eficacia y públicamente a todos los actores involucrados, públicos y privados". 

Cabe resaltar que a la fecha, las autoridades han incautado unos 1,5 millones de pies tablares de madera de operaciones ilegales. Estos se dirigían a los aserradores de Manantay, ubicados a las afueras de Pucalpa. 

A pesar de ello, la madera aún se encuentra en un limbo legal puesto que las autoridades no pueden especificar el origen de la misma o están coludidas con los traficantes.

En esta línea José Guzman, fiscal del medio ambiente que también participó en el sobrevuelo, afirmó que la situación es bastante complicada. Es así que junto con un funcionario de la Comisión de Alto Perú contra la Tala Ilegal, firmaron una declaración jurada que acreditaba que ambos vieron las actividades ilegales desde el aire:

"Aquí, la actividad económica es la madera y, por supuesto, no es regulada: no pagan impuestos y están usando información falsa para blanquear la madera. Esto es lo que nos enfrentamos ".

"Estos caminos no se hicieron en un mes o dos. Estos caminos, que constituyen más de un centenar de kilómetros de largo, se han construido más de año y las autoridades deben de haber sabido sobre ellos. Sin embargo, no hemos visto ninguna acción para castigar o restringir esta actividad, o incluso a denunciarla". 

Asimismo, el Banco Mundial estimó que la tala ilegal representa aproximadamente el 80% de toda la tala llevada a cabo en Perú. 

Esta cifra fue comprobada en una operación de tres meses durante el año pasado, en la que la OSINFOR y la Sunat encontraron 78% de madera que había sido transportada y exportada con documentos aprobados pero sacada de una fuente ilegal. Las pérdidas llegan hasta 250 millones de dólares y son 1,5 veces superiores al valor de la industria maderera en nuestro país. 

Sin embargo, al margen de las grandes pérdidas económicas y la destrucción del medio ambiente, la actividad ilegal ha causado muchas muertes y un contexto de impunidad. 

Al respecto, el reconocido líder indígena y activista contra la tala, Edwin Chota y tres de sus compañeros, fueron asesinados el año pasado por madereros ilegales. 

Finamente OSINFOR señala que son tres hombres muy poderosos los que manejan el negocio de la madera local en Pucalpa. Es así el inspector forestal involucrado en la  gestión de la operación ha tenido que salir de la ciudad por su propia protección.

(Foto de cabecera: theguardian.com)