La posición del fujimorismo fue una de las cosas más paradójicas en todo este desaguisado que tuvo como colofón la votación del jueves 2 de agosto en el Pleno del Congreso, cuando se modifió la ley 30130 que permitirá a Petroperú operar el lote 192 por 30 años, luego de que el Estado firmó un contrato por dos años con la canadiense Pacific Energy que desató protestas en Loreto.

Ya Keiko Fujimori había adelantado que Fuerza Popular estaba a favor de que el mayor lote petrolero del país pase a las manos de la petrolera estatal. Y la bancada le hizo caso: 26 legisladores votaron a favor del proyecto y dos se abstuvieron (Eduardo Cabrera y Juan Díaz Dios).

'Si no te gustan mis principios, tengo otros', decía el Groucho Marx. Fuerza Popular se lo tomó en serio.

Que un gobierno desgastado, debilitado y de salida intente pasar por agua tibia -como lo hizo el ministro Alonso Segura- el mensaje contradictorio que se da respecto a la estabilidad jurídica (clave para las inversiones), se puede entender, pero que lo haga un movimiento que pretende volver al poder es una muestra de populismo electoral y cáculo político.

DÓSIS DE MÉMOREX

Es evidente que la posición del fujimorismo en el caso del Lote 192 -como en otros temas- no es dogmática, menos principista. Está acicateada por el clima preelectoral.

Por ello nos parece válido recordar ahora la relación histórica que tuvo el fujimorismo con Petroperú, y la privatización fallida de la petrolera estatal que se impulso en la década del 90.

El núcleo de la política económica durante el gobierno de Alberto Fujimori fue que el Estado deje la actividad empresarial, y se entró a un etapa en que se privatizaron casi todas las empresas estatales, pero una siempre resistió estos procesos: Petroperú.

El primer intento de privatización de la petrolera estatal fue en 1994. Desde ahí, se dijo que la intención era vender solo el 60% de Petroperú e incluso que había empresas chilenas interesadas en comprarla. La venta no se llegó a concretar.

Ya en 1996 Petroperú había dejado de explotar hidrocarburos y solo se dedicaba a la refinación de combustibles. Pero en esa época se reavivó la intención de privatizarla. El Banco Mundial realizó un análisis de su venta y hasta se puso el precio tentativo de US$1,200 millones. Sin embargo, otra vez, nunca ocurrió. Y luego ya no se insistió, pero porque ya todos sabemos lo que pasó con el fujimorismo. 

ROLES INVERTIDOS

Años después, ya en la campaña electoral del 2011, con Alberto Fujimori preso por violación de derechos humanos y corrupcion, su hija y heredera política, Keiko, se manifestaba en contra de la actividad empresarial del Estado, y arremetía contra el candidato Ollanta Humala, quien defendía, como parte de su plan de gobierno La Gran Transformación, la propuesta de que Petroperú regrese a la exploración y explotación de petroleo.

Ahora los papeles se invirtieron, aunque por razones distintas en cada lado. Mientras el presidente Humala es un convencido de que Petroperú no está lista para regresar a la explotación de hibrocarburos, en respuesta a las protestas por el lote 192, el fujimorismo optó por apoyar su ingreso a esta actividad.

Notas relacionadas:

Ministra de Energía y Minas sobre Lote 192: "Se está violando la Constitución"

Confiep: Los congresistas optaron por el 'facilismo' electoral en el tema del Lote 192

Luis Iberico: ley sobre el Lote 192 no es obligatoria

Lote 192: ¿Puede Pacific Stratus demandar al Perú por entregar la operación a Petroperú?

Petroperú en el Lote 192: izquierda y populismo de derecha versus liberales

Congreso aprueba que PetroPerú explote Lote 192

Javier Torres sobre el Lote 192: "Hay una improvisación del Gobierno"

Pacific, la empresa canadiense que explotará el Lote 192, tiene graves denuncias y problemas financieros