Quizá hasta ahora había pasado desapercibido pues no era ni el favorito en las encuestas ni se le veía como el futuro presidente de los Estados Unidos, sin embargo, Bernie Sanders, el senador de 73 años autodenominado socialista en un país que tiene miedo al término, ha crecido tanto en los sondeos que, actualmente, le pisa los talones a Hillary Clinton, la preferida del partido demócrata. 

Y es que Sanders, calificado anteriormente por el presidente Obama como un "socialista fumador de marihuana", ya es el político de moda pues apela directamente a los intereses propios de la clase social y se sitúa en contra del establishment

Su acogida

Hasta ahora, la mayor audiencia que reunió Hillary Clinton en un mitin fueron unos 5,500 seguidores, pero Sanders, en julio pasado, tuvo que empezar a buscar lugares más grandes porque su popularidad crecía entre gente y cada vez habían más personas que querían escuchar sus discursos.

En Maine pidió un pabellón más grande para dar su discurso y en Portland, su equipo tuvo que reservar un estadio para cubrir la demanda de asistentes. En este último lugar, más de 20,000 personas se congregaron para escucharlo y miles se situaban en las puertas para oír sus propuestas desde fuera. 

Además, hace tres semanas en Seattle, Washington, congregó a más de 15,000 personas y en julio tuvo un éxito parecido en ciudades consideradas republicanas como Phoenix en Arizona y Dallas en Texas. Es así que reunió a 11,000 y 8,000 personas respectivamente. 

Durante muchas décadas el senador de más edad en el Congreso se mantuvo al margen de las candidaturas,y encima el calificativo de socialdemócrata que él mismo se impuso lo convertían en una persona inelegible para el partido

A pesar de ello, Sanders cada vez captura el interés de más votantes jóvenes, debido a sus propuestas, como la de la educación superior gratuita. Son los que, con pequeños donativos, financian su actual campaña. 

Y es que el senador de Vermont no piensa aceptar ni un solo dólar de manos de grandes corporaciones. Es así que, hasta la fecha, ya recaudó más de US$15 millones, gracias a los aportes de sus más de 200,000 seguidores. 

A poca distancia de Clinton

El interés que despierta el candidato ya ha superado a Hillary Clinton en New Hampshire. Por otro lado, en Iowa, donde tiene un 30% de aprobación, se sitúa a solo siete puntos de la candidata demócrta favorita. Cabe resaltar que ambos estados son los primeros en votar en las elecciones primarias. 

Respecto al asenso de Sanders, Groffrey Skelley, representante del Centro sobre Política de la Universidad de Virginia, dijo a El País:

"Sanders está abarcando un espacio ideológico a la izquierda que no estaba ocupado por nadie, Clinton forma parte de un centro más pragmático y si Joe Biden [actual vicepresidente] decide presentarse, pugnará por los mismos votos que ella. Sanders habla de una desigualdad que preocupa mucho a la gente y tiene una carrera coherente con ello".

Por otro lado, Sanders sostiene que la gran parte de sus votantes está con él no por antipatía a Clinton, sino porque realmente creen en su mensaje:

"Creo que los avances que estamos viendo, el entusiasmo y las enormes multitudes no son anti Hillary Clinton. Esto es proBernie Sanders y a favor de un mensaje que dice: Ya basta. El Gobierno y este país nos pertenece a todos, no solo a un puñado de gente muy rica".

En contra de los millonarios

Sus visiones políticas lo muestran en una posición claramente en contra de los intereses de los grupos económicos más poderosos. Es así que durante un discurso emitido este lunes, el candidato señaló que los ciudadanos de su país están preparados para dar apoyo a un presidente que sea capaz de enfrentarse con los más grandes millonarios de Estados Unidos:

"Creo que están preparados para respaldar a alguien que haga frente a la clase de los millonarios y que cree en una economía para las personas ordinarias y no solo para la gente en la cima".

Agregó que los estadounidenses merecen beneficiarse con los ingresos del país:

"Casi toda la nueva riqueza e ingresos se está yendo al 1% de la población en la cima. Este no es el tipo de país, no es el tipo de economía que quiere o se merece el pueblo estadounidense". 

Sus ideas políticas

Sanders apoya todas las políticas igualitarias, desde instalar la equidad en un país claramente racista y desigual, hasta propuestas más prácticas como educación gratuita universitaria, lucha contra el cambio climático, reforma del sistema judicial.

También plantea instalar un servicio de salud universal, acabar con las contribuciones de las corporaciones a las campañas políticas, la igualdad en el salario, la expansión de la seguridad social, el derecho al aborto y a los beneficios de maternidad para los trabajadores, entre otros temas.

También se pronunció a favor del matrimonio homosexual (mostró su apoyo cuando nadie más lo hacía) y de ejercer mayor control sobre Wall Street.

Además, Sanders siempre se mostró consecuente con sus ideas, cualidad infrecuente entre la clase política, pues desde su militancia estudiantil formó parte de Civil Rights Movement y en la actualidad declaró una lucha abierta contra el racismo institucional en el país norteamericano. 

Si bien es cierto, hasta aquí, ninguna propuesta parece tan novedosa, pero unas de las banderas que la izquierda defiende con mayor énfasis es la lucha contra el encarcelamiento masivo.

Sanders es uno de los primeros candidatos a la presidencia de los Estados Unidos que pretende realizar una clara reforma del sistema carcelario para reducir la población en los penales, combatir la brutalidad policial y la privatización carcelaria. 

Es así que se ha referido de manera pública al sistema industrial penitenciario como una tragedia nacional que compromete la vida humana más allá de otros factores:

"Debemos entregar trabajo a los jóvenes, no encerrarlos y destruir sus vidas".

Por otro lado, uno de sus temas de referencia es la reforma migratoria. Ya en el 2013 había votado a favor de ella y además, en la actualidad, se ha comprometido a ejecutar acciones para proteger a más familias. 

Su última postura sobre la inmigración tuvo como principal objetivo fijar la importancia de ofrecer un mejor camino hacia la ciudadanía para los indocumentados. A pesar de ello, también afirma que la presencia de trabajadores extranjeros también reduce el salario de los estadounidenses nacidos en el país. 

Sin embargo, con ello no culpa a los inmigrantes de los problemas laborales de Estados Unidos. Por el contrario, se refiere específicamente a los programas que traen a extranjeros para trabajar temporalmente y que han sido mal diseñados. Sanders afirma que dichas empresas no brindan derechos laborales a los trabajadores y que además reducen los salarios y establecen condiciones de trabajo que, a largo plazo, perjudican a los americanos. 

Por otro lado, como hijo de inmigrante polaco, dice que para mejorar los problemas de migración a nivel mundial, Estados Unidos debe prevenir y no agravar la desigualdad económica en el mundo

(Foto de cabecera: nypost.com)

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