¿Cuántas canciones nos suenan a otras que ya hemos escuchado? En esos casos, ¿se trata de un plagio o de una influencia? ¿Cuál es el factor que determina si es una cosa o la otra? Algo más claro lo deben de tener muchos músicos: desde George Harrison con su canción como solista My Sweet Lord, demasiado inspirada en He’s so fine de Chiffons, hasta Pharrell Williams y Robin Thicke después de pagar 7,4 millones de dólares a los hijos de Marvin Gaye por el plagio de Got to give it up en el éxito de 2013 Blurred lines.
Pero no todos los casos son tan obvios. Hay casos más finos como el que enfrenta ahora Tame Impala, considera una de las bandas de rock psicodélico más importante de los últimos años. La banda australiana se ha visto sorprendida por Samm Culley, ex integrante de la banda Skull Snaps, que los acusa de haber plagiado la batería de su tema It’s a new day en la canción Eventually del último disco Currents.
No se trata de una batería cualquiera. En 1989 el rapero y productor norteamericano Stezo grabó ese ritmo que luego sería tomado como pista por una larga lista de músicos, en mayor medida raperos. La plataforma de rastreo de remezclas Who Sampled cuenta 408 canciones con el sonido característico de la canción de Skull Snaps.
Samm Culley acusa a los australianos de no haber pedido permiso en ningún momento, a lo que Kevin Parker, líder de Tame Impala, ha respondido sarcásticamente diciendo que lo único que demuestra esa acusación es que la banda ya es famosa. Por su parte, Culley asegura haber confirmado el plagio con un musicólogo y que el siguiente paso sería acción legal.
Juzga tu mismo:
Esta es la canción de Skull Snaps
Y esta la de Tame Impala: