“Una vez tengamos nuestros propios recursos, podremos proveer para nuestras propias necesidades”, ha dicho Prince, el hombre que en los ochenta dió uno de los impulsos modernos más importantes al soul y el funk desde Warner Music Group, una de las tres grandes discográficas que dominan el mercado internacional.
Ahora que está a punto de lanzar su álbum de estudio número 36 a través de Tidal, un servicio de streaming bajo suscripción, Prince ha dejado de reservarse las palabras: “Los contratos con las disqueras son como… voy a decir la palabra, la esclavitud”, dijo Prince a la National Association of Black Journalist y señaló que eso se puede ver en cómo con las disqueras los artistas pierden el control de los beneficios en línea de su música. “Le diría a cualquier artista joven que no los firme (contratos con discográficas)”.
La relación de Prince con la industria musical no es novedad. En la década de los noventa, cuando se vió obligado a ampliar sus contratos con Warner Bros, decidió utilizar distintos seudónimos y salir a los escenarios con la palabra “slave” (esclavo) en su mejilla, recuerda la revista Rolling Stone de Colombia.
Pero su relación conflictiva no solo ha sido con las disqueras tradicionales. En 2007 solicitó el retiro de todas sus imágenes, videos y descargas que se encontraran en línea, lo que ocasionó pelas con distintos grupos de fans. Antes de aliarse a Tidal, el servicio que fue adquirido por Jay Z y paga el rango más alto de regalías, quitó toda su música de otros servicios de streaming como Spotify donde ahora solo se puede hallar las canciones alojadas en playlists ajenas a su cuenta oficial. Además ha clausurado sus cuentas en las redes sociales.
Incluso en la entrevista que concedió en el estudio Paisley Park se prohibieron los celulares o dispositivos de grabación visuales, según detalló la National Public Radio.
Con Tidal ha alcanzado la libertad de colaborar con otros artistas a la vez que grababa y promocionaba su nuevo disco, HitNRun. El disco saldrá en poco menos de un mes.
