Una noticia mala y una buena.

La mala: Laura Bozzo aun es consultada sobre su opinión por la prensa mexicana, que le da pie para decir lo que le dé la gana por teléfono.

La buena: Bozzo es incapaz de decir dos palabras sin ganarse el desprecio de aun más personas.

En el contexto de la publicación de unas provocativas fotos de la Tigresa del Oriente en la edición colombiana de SoHo, a alguien se le ocurrió llamar a Laura Bozzo para preguntarle qué le parecía. Como era de esperar, la señora Laura empezó a decir sandez y media, como que le da pena que "resalten que una vieja de 70 años salga en bolas".

"Para mí (la Tigresa) no existe, no me interesa su vida, no me interesa lo que haga", afirma Bozzo, que parece haberles dado una mirada más bien intensa a las fotos de la Reina del Youtube, que le lleva siete años.

Luego, cuando le dijeron que la Tigresa era su compatriota, Bozzo nos dio la verdadera buena nueva: "No, yo soy mexicana."

Aunque la verdad es que para tener una nacionalidad no basta decir 'soy mexicana', también es cierto que Laura Bozzo es una persona de la que yo podría perfectamente prescindir en mi definición de la 'peruanidad'. Así que gracias.

Por lo demás, era de esperar que alguien salga a decir que la sesión de fotos de SoHo con la Tigresa del Oriente está mal, porque la confianza con la que esa mujer de 70 años muestra su cuerpo es algo a lo que muchas mujeres no podemos aspirar, y definitivamente Laura Bozzo no la tiene.

No deja de ser sorprendente que Laura Bozzo considere inapropiada la sesión de fotos de la Tigresa, cuando ella ha hecho su carrera bajo la premisa de que no hay secreto demasiado oscuro o demasiado privado para hacerlo público en la televisión.

Lo que hace SoHo con la Tigresa del Oriente no es exhibicionismo ni morbo, sino una celebración del cuerpo femenino. Ok, del cuerpo femenino photoshopeado, pero aun así su publicación al lado de las modelos veinteañeras que pueblan SoHo representa un verdadero progreso en cómo concebimos la sensualidad -y cómo borramos ciertos límites absurdos-.


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