Michelle Bachelet afronta la peor crisis política de toda su trayectoria pública. La presidenta de Chile ha tenido que postergar para el lunes el plazo que se autoimpuso para anunciar a su gabinete recompuesto que vencía esta noche.

Pero cómo llegó Chile a una situación que tuvo como punto de inflexión la salida de todos los ministros de Bachelet, la presidenta que volvió al Palacio de La Moneda con promesas revolucionarias: más impuestos para los que ganan más, educación gratuita y de calidad, ley del aborto terapéutico, el fin del sistema electoral heredado de la dictadura de Pinochet y una profunda reforma constitucional.

¿Cómo se desató la crisis?

Aunque en el primer año de su segundo mandato, Bachelet cumplió con algunas de sus promesas de campaña (varias reformas prometidas fueron enviadas al Congreso, incluso algunas tramitadas y aprobadas), la agenda ambiciosa que tenía fue aplastada por escándalos de corrupción.

Dos denuncias fueron las que la golpearon más fuerte: 1) financiamiento irregular de campañas que involucraban a ministros y parlamentarios y 2) la acusación de tráfico de influencias en contra de su hijo, Sebastián Dávalos.

Los alcances de la crisis

El miércoles 6 de mayo, Bachelet escogió un programa de Canal 13, una de las principales señales de televisión abierta, para anunciar una medida radical desde el retorno a la democracia: la renuncia de todo su gabinete. Lo hizo, nada menos, que en una entrevista con Mario Kreutzberger, 'Don Francisco', el popular animador histórico de Sábado Gigante.

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Hugo Frühling, director del Insituto de Asuntos Públicos de la Universidad de Chile, sostiene que las citadas denuncias provocaron "un rápido vaciamiento del apoyo a una agenda que era muy ambiciosa", aunque en esta crisis no ve riesgos para estabilidad del régimen político. "No hay actores que quieran tomar el poder por vías ilegales", anotó.

La popularidad de Bachelet

El desplome en los sondeos de opinión de la presidente es otro factor clave. El jueves último llegó a un mínimo histórico de aprobación de sus dos gestiones: 29% en la última encuesta CEP. Al final de su primer mandato (2006-2010), Bachelet, la primera mujer presidenta de Chile, logró una aprobación de más del 80%.

"Para comprender la gravedad hay que recordar que Bachelet se distinguía por el carisma, por la capacidad de hipnotizar a la gente y por la alta valoración que la gente espontáneamente tenía de ella y de su credibilidad", le dijo a la BBC Mundo el abogado Carlos Peña, rector de la Universidad Diego Portales e influyente columnista.

Peña sostuvo que la sensación de crisis se agravó con el anuncio de Bachelet de un proceso para cambiar la Constitución. "Las instituciones más básicas de la República están puestas en cuestión. Hay una sensación de incertidumbre, de que todo puede cambiar", subrayó.

"Caso Caval", el punto de quiebre

La caída libre de la popularidad de Bachelet empezó tras el manejo que tuvo la presidenta de la denuncia por tráfico de influencias que involucró a su hijo, Sebastián Dávalos, en ese momento a cargo de la Dirección Sociocultural del gobierno.

En febrero pasado, la revista chilena "Qué Pasa" reveló un negocio realizado por Natalia Compagnon, pareja de Dávalos, que implicaba un préstamo de unos US$10 millones otorgado por uno de los principales bancos de Chile luego de una reunión privada entre Compagnon, Dávalos y el presidente de la entidad financiera, Andrónico Luksic (nombre que en el Perú también está vinculado a la corrupción durante el fujimorismo).

Dávalos fue acusado por la oposición de haber empleado su influencia para conseguir el dinero que utilizó la empresa de su mujer, en la cual incluso trabajó, pese a que era funcionario del Ministerio de Relaciones Exteriores, en la administración de Sebastián Piñera.

Bachelet fue criticada por su lenta reacción ante este caso. La mandataria estaba de vacaciones, lejos de Santiago, cuando estalló el escándalo, y la renuncia de Dávalos tardó varios días.

"Cometí algunos errores importantes: como estaba en un lugar muy lejos no tenía información más que fragmentada; no me di cuenta de la dimensión que estaba tomando el problema", admitió la propia presidenta ante el popular Don Francisco en la comentada entrevista.

El preferido cuestionado

Según documentos de la investigación publicados por la prensa chile sobre el financiamiento ilegal de campañas, las denuncias alcanzan a unos 50 congresistas y a tres ministros, uno de ellos es el secretario del Interior, Rodrigo Peñailillo, uno de los preferidos de Bachelet.

El analista Carlos Peña subrayó que Peñailillo encarnaba una renovación generacional y de los códigos ocultos de la política, una suerte del ideal meritocrático que buscaba impulsar la presidenta. Era considerado en Chile el 'hijo político' de Bachelet, demostró ser ejecutivo en todas las situaciones de catástrofe y se mostró muy sintonizado con la mandatario.

Pero el mes pasado se conoció que había prestado servicios a una empresa fundada por un recaudador de dineros para campañas políticas vinculada al caso SQM (Sociedad Química y Minera de Chile).

Hasta ahora, solo el canciller Heraldo Muñoz fue ratificado en su cargo. Se encontraba en La Haya cuando la presidente hizo el anuncio.

El factor Don Francisco

La forma en la que Bachelet comunicó una de las decisiones más radicales de su mandato fue vista como una estrategia para recuperar parte de la popularidad perdida. Históricamente, los anuncios importantes, como cambios de gabinete se habían hecho desde el palacio de gobierno y en cadena nacional.

"Qué le pasa a un país como Chile, siempre orgulloso de su sobriedad, que de repente consiente que la presidenta se incline ante Don Francisco como si fuera el coro griego de la sociedad chilena", criticó Peña.