Reza un dicho que muchas veces todo depende del cristal con que se mire un hecho. Y esto funciona también en la política, donde tener dos miradas muy distintas  sobre un mismo suceso nos da una perspectiva más completa sobre un acontecimiento: en este caso, la decisión de Ollanta Humala de nombrar a Pedro Cateriano como su séptimo jefe de gabinete.

Eso intentamos hacer dos destacados analistas, Augusto Álvarez Rodrich y Juan Carlos Tafur, quienes tienen opiniones antagónicas sobre el ascenso de Cateriano en el Poder Ejecutivo.

Álvarez Rodrich sostiene que Humala acertó con Cateriano:

"En contra de la versión de que la designación de Pedro Cateriano en reemplazo de la censurada Ana Jara llevará al país al abismo, su nombramiento puede permitirle al gobierno, según como el nuevo premier establezca su estrategia política, enfrentar apropiadamente el último cuarto de su mandato (...) El gobierno del presidente Humala estará débil, pero lo peor que podría haber hecho es, como expresión de dicha fragilidad y de rendición, designar un gabinete al gusto de Alan García y Keiko Fujimori. Si cediera en eso, ambos lo terminarían liquidando (...) Si Cateriano fuera una mala elección para el premierato, ¿por qué estarían tan preocupados ahora apristas y fujimoristas, algunos de los cuales ya han adelantado que no le darán la confianza al nuevo gabinete?   Cateriano es una persona capaz y valiosa para la significativa misión política que tiene por delante".

Por el contrario, Tafur señala que la llegada de Cateriano podría agudizar la crisis política e institucional que atraviesa el gobierno de Huamala.

"Nombrar un premier solo para irritar a la oposición  y así 'vengarse' de que le hayan censurado a la anterior (Ana Jara), demuestra lo menudo que puede llegar a ser el manejo del Estado peruano. No estamos ante un acto valiente, brillante, audaz, de alta política, sino frente a una 'reclutada' (...) Es deleznable que Humala parezca gobernar en función de estimar qué le puede irritar a Alan García  Keiko Fujimori. No pongo en cuestión las virtudes de Pedro Cateriano, sino los tiempos y estrategias presidenciales que se quieren expresar a través suyo. Pudo haber sido un extraordinario premier en el primer o segundo año de gobierno, pero en medio de una situación crítica como la actual, azuzar las tensiones carece totalmente de sentido". 

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