A las seis de la tarde los más de seis mil manifestantes reunidos en la Plaza Dos de Mayo, epicentro donde tradicionalmente  se inician las marchas convocadas por la CGTP, enrumbaron por la avenida Nicolás de Piérola (ex Colmena) en dirección primero a la Plaza San Martín para encontrarse allí con otra concentración con la que se dirigirían a la sede del Congreso. La marcha en la que participaban jóvenes (trabajadores y estudiantes), gremios sindicales y padres de familia que acompañaban a sus hijos, esperaban realizar un plantón frente al palacio legislativo para exigir que se derogue la Ley Laboral Juvenil. 

Sin embargo, lo que era una marcha pacífica se desbordó en el cruce de Piérola con la avenida Abancay donde un contingente de aproximadamente 500 policías —con escudos, pero desarmados— delante y detrás de unas tranqueras le cerraron el paso a los manifestantes. 

foto: jesús lara

foto: jesús lara

La marcha se había alargado por dos cuadras y para cuando llegaron ante el cerco policial, los representantes de la Coordinadora Juvenil #18D, así como los de la CGTP que encabezaban la movilización portando banderolas, miles de manifestantes aún estaban rezagados y no alcanzaron a ver como éstos, agrupados en una improvisada comisión de 30 personas, atravesaron las tranqueras para dirigirse al Parlamento.

Durante más de media hora, la marcha quedó a la deriva. Frente al cordón policial se improvisaron parodias artísticas en las que participaron jóvenes disfrazados de mimos, se entonaron cánticos en contra de la pareja presidencial, el ministro del Interior, Daniel Urresti, los congresistas y la propia policía. Hasta que irrumpió un grupo de aproximadamente treinta personas con banderas del colectivo aprista Renovar y la Universidad Federico Villarreal, cuna también de miembros de este partido político. Este grupo atacó a la policía con las astas de sus banderas, les arrojaron "cuetes" y hasta una rata blanca.

foto: jesús lara

Transcurrieron cerca de quince minutos de pulseos para atravesar la barrera policial, cuando, entre las cámaras de la prensa, la policía reaccionó avanzando contra los manifestantes y lanzando bombas lacrimógenas. Los marchantes se replegaron por Piérola en dirección a la Plaza San Martín, entre el aire enrarecido por el bromuro de bencilo esparcido por las bombas. Algunos manifestantes desencajaron los adoquines de cemento que protegen el césped de la berma central, usandolos para obstruir la pista, y en algunos casos como proyectiles contra los policías. Aparentemente, uno de estos improvisados proyectiles impactó en uno de los agentes policiales.

Por su parte, la policía, lanzó sin mediar mayor estrategia bombas lacrimógenas sin pausa contra los manifestantes, aun cuando los ataques de un grupo reducido habían cesado y muchos de los jóvenes pedían calma y empezaban a circular. Las fuerzas del orden también hirieron a los manifestantes. Una de los que resulto herido fue Jean Pierre Cueva, un muchacho de 21 años a quien le reventaron la ceja, y a otro civil no identificado acusó una rotura de cabeza.

Gianpierre Cueva

A la altura de la Plaza San Martín la represión policial se detuvo. Los agentes volvieron a formar un cordón que impedía el paso. Vigilados desde los aires por un drone y un helicóptero que sobrevolaba el área, los manifestantes se dividieron en dos grupos: una replegado en dirección a la avenida Tacna y el otro situado frente al cerco policial. Éstos últimos retomaron los cánticos característicos de una manifestación pacífica. Sin embargo la policía, después de una breve tregua arremetió otra vez con una desmesurada lluvia de bombas lacrimógenas.  Los jóvenes se replegaron hasta el cruce de Tacna con Piérola. Después de unos minutos de zozobra, un grupo de agentes policiales llegó en camionetas desde la Plaza Dos de Mayo, cercando el paso de los manifestantes por ambos frentes. Así, pasadas las 9 de la noche se terminó de disipar la protesta.

foto: jesús lara

Las organizaciones juveniles han anunciado una nueva manifestación para el 28 de enero, día en que la presidenta Ana María Solórzano programó (en realidad, postergó) la reunión de la Comisión Permanente que debatirá la derogación de la ley.

foto: jesúS lara


OJO CON LOS DATOS

- Durante los actos de represión policial, se detuvo al fotoperiodista del diario UNO Raúl Arriarán. Lo agredieron injustificadamente, según varios testigos y lo enmarrocaron con la cara contra el piso como si fuera un delincuente. Hasta hoy continúa preso.   

- Además de la CGTP, participó de la movilización la Federación Médica, la Confederación de Trabajadores del Perú (CTP) y el Sindicato Único de Trabajadores de Educación (Sutep), así como los sindicatos de trabajadores CAS y sindicatos del sector retail.

- Durante el desarrollo de la movilización se evidenció la presencia de infiltrados. De hecho, mientras ocurría una negociación con los policías, uno de ellos agredió sin motivos a los protestantes, luego de lo cual se resguardó tras los efectivos del orden. 


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