El día después del atentado a Charlie Hebdo, Michel Houellebecq, cuyo libro Soumission llegaba a las librerías francesas el mismo día del atentado, concedió una entrevista a Canal Plus. El canal televisivo francés aplazó su emisión hasta este lunes.
A Houellebecq se lo nota profundamente conmovido por el atentado, y habla, prescindiendo en gran parte de la entrevista de su ironía, de Bernard Maris, amigo suyo muerto en el ataque, de las apropiaciones políticas de su novela y de la última portada de Charlie Hebdo antes del ataque jihadista.
A continuación, una traducción de la entrevista. Puedes verla completa, en francés, aquí.
- Buenas tardes, Michel Houellebecq. Antes que nada quisiera saber si hoy usted también es ‘Charlie’.
- Sí. Es la primera vez en mi vida que alguien a quien he querido mucho es asesinado
- Usted habla del economista Bernard Maris…
- Sí, y nosotros dos íbamos a tomar parte de un debate a fines de marzo, él estaba escribiendo un libro sobre Francia, “La dulce y la amarga Francia”. Espero [traga saliva, sigue hablando con voz quebrada] que el libro esté lo suficientemente avanzado para poder publicarlo.
- Bernard Maris escribió un libro sobre usted: “Houellebecq economista”. ¿Le sorprendió a usted que un economista renombrado como él se ocupase de sus insistentes comentarios al ultraliberalismo?
- Sí, esa fue una publicación con la que yo mismo no me habría atrevido a soñar. Es un muy buen libro. Y él fue una persona muy amistosa. Por ejemplo, él ya estaba un poco atrasado en su manuscrito sobre Francia, pero se tomó el tiempo, en el último número de Charlie Hebdo, de escribir sobre mi novela. Cuando me enteré de que había muerto, no tuve el valor de leer su artículo.
- Usted sale en una caricatura en la carátula. ¿Cómo interpreta este titular?
- No está mal [sonríe]. Sin embargo, yo no he visto todas las portadas, quizá sean mejores.
- ¿Es un honor salir en la portada de Charlie Hebdo?
- Sí, claro. Cabu me ha tenido muchas veces en la mira, a veces, sí, muchas veces fue gracioso. Mi pieza favorita fue un artículo largo, inusual, remoto, pero eso fue hace mucho tiempo.
- Hablemos de la tragedia del miércoles. Bernard Maris perdió su vida, como otros…
- … algunos otros …
- … y pienso en Charlie Hebdo, que siempre fue un medio provocador –y lo seguirá siendo– y usted mismo es considerado un provocador literario. ¿Hay una semejanza?
- Sí, la libertad. Se trata sobre todo de libertad. La libertad suele ser provocadora. Sin una dosis de provocación, no existe.
- Su libro Sumisión es una novela. Por otro lado, anticipa un estado de cosas social. ¿No se presenta ahí, en el contexto de tensiones sociales y económicas más altas, la pregunta sobre la responsabilidad del escritor?
- No puedo permitirme decir, OK, usted es libre, pero compórtese responsablemente. No existen límites para la libertad de expresarse, ningún límite.
- ¿También cuando se lanza con ello un eco tan fuerte de la realidad?
- También entonces. No hay límites.
- Con esto, puede ser aun más difícil comprender su novela, cuando en ella utiliza a personas reales como François Hollande o Marine Le Pen.
- Eso siempre lo han hecho los novelistas. Cuando alguien juega un rol importante en la vida de un país y el libro juega con el entorno, eso es muy normal. También en la novela económica ficticia pueden aparecer actores reales, eso es elemental.
- ¿Entonces se le están haciendo una cacería de brujas?
- Sí, en esa dirección se avanza ya exageradamente en este momento.
- ¿Tiene usted la impresión de que su novela aporta a la disposición actual a la islamofobia general?
- No, porque mi libro no es islamófobo. Eso debería notarse incluso con una lectura superficial.
- ¿Pero por qué ofende entonces a los musulmanes, por qué provoca tales reacciones?
- Ahí no se ofende en absoluto a los musulmanes. Algunos musulmanes me han dicho “eso no me escandaliza, ¿por qué lo haría?”. Quizá existe una opinión individual, yo la compadezco.
- ¿Nos encontramos entonces en una fase social extremadamente explosiva, en la que la más mínima seña de las páginas de los ensayistas, de los novelistas enciende el fuego?
- Sí, eso es verdad. Vivimos en una fase en la que las personas pierden la compostura. Uno debe mantener la calma, por más difícil que parezca.
- Usted se esconde, como dice, tras el muro de la ficción. ¿Aguantará ese muro?
- Eso tiene que ser así. Por que ¿a dónde llegaremos, si en este país ya no podemos escribir novelas? Los escritores tendríamos que emigrar de inmediato. La gente tiene que entender: la ficción es ficción – es una idea sencilla que ya no es de conocimiento general.
- El Primer Ministro Manuel Valls ha dicho hoy: “Mi Francia no es la Francia de Houellebecq”. Y Marine Le Pen: “Esta ficción podría ser realidad algún día”. Y el moderado Ali Baddou: “Este libro me da asco”. ¿Qué comentario lo afecta más?
- [duda] Quizá el de Ali Baddou. No era mi plan molestarlo personalmente.
- En 2001 dijo que el Islam es la religión más estúpida del mundo. ¿Qué le hizo cambiar de opinión?
- Sobre todo, la lectura del Corán. Incluso cuando es probable que no lo haya leído lo suficientemente bien. Una interpretación ordinaria del Corán no lleva en ningún sentido al jihadismo. Para entender el Corán así, hay que ser muy desleal, muy deshonesto.
- ¿Le sorprende que la gente reaccione de manera tan masiva contra su novela?
- Con Manuel Valls sí, un poco. No creí que él tuviese el tiempo para haber leído el leído, pero… comoquiera que sea.
- ¿Usted vive en la misma Francia que él?
- Probablemente no. No nos movemos en las mismas zonas de la ciudad, trabajamos en campos por completo diferentes.
- A sus ojos, ¿qué es más importante: que sus libros no dejen indiferente a nadie, incluso bajo el peligro de generar reacciones extremas?
- Al final es el juicio de mis semejantes el que es más importante para mí. Manuel Valls puede decir lo que quiera, con él la cosa es muy banal. Hablemos de nuevo cuando él haya escrito dos o tres novelas. ¡Cada uno a su lugar!
- En cuanto a Marine Le Pen: ¿no teme una apropiación política por ese lado?
- El que se quiere apropiar de mi obra todavía no ha nacido. Que lo intente, pues. Let’s try. Ya veremos si funciona.
- ¿Cómo procederá en las próximas semanas? ¿Quiere quedarse aquí, viajar, ser protegido?
- Quizá, no lo sé. Tengo que hablar con mi editorial.
- ¿Qué hay del dato muy sintomático de que no quiere publicitar más su libro?
En este momento no tengo muchas ganas de hablar sobre mi libro. No estoy bien. No estoy en forma.
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