Consuelo Jerí está en su mejor momento a decir de los conocedores de la música peruana. La cantante ayacuchana, una de las protagonistas de Sigo Siendo, ha tenido dos años muy intensos con presentaciones en el país y fuera de él, sobre todo luego del estreno de la película dirigida por Javier Corcuera. Recientemente inauguró el Primer Festival Internacional de Música de Alturas y mañana deleitará a sus seguidores con el concierto 'Kuychi, arco iris musical uniendo una región mítica' en el Teatro de la Alianza Francesa de Miraflores.

Cuando llueve con sol, en el cielo andino se dibuja el arco iris. Es el puente mágico que, elevándose por encima de cordilleras, valles y pampas, une pueblos, ilusiones, esperanzas, emociones y alegrías. Esto es lo que nos ofrece Consuelo.

“Para este concierto he escogido temas tradicionales y contemporáneos, que comunican las vivencias del hombre del Ande, nos cuentan sus historias, los pesares, las esperanzas, las luchas”, dice a LaMula.pe. “La voz de las mujeres y hombres de los Andes es tan frágil como la paja y tan fuerte como los apus”, añade.

Harawis, yaravíes y huaynos es lo que escucharemos mañana, con temas de Carlos Falconí, Ranulfo Fuentes, entre otros, y recopilaciones tradicionales, como las de José María Arguedas. Una variedad de estilos: rurales, urbanos, contemporáneos, tradicionales, románticos, festivos, en quechua y en castellano.

El harawi es un canto ritual ancestral, anterior a los incas y vigente hasta hoy. Por su carácter sagrado, se canta en ocasiones especiales. Por considerarse la voz de la Pacha Mama, el harawi solo puede y debe ser cantado por mujeres, quienes se sienten privilegiadas de hacerlo, pues por su intermedio se expresa la Madre Tierra. Quienes lo cantan deben ser mujeres muy respetadas por su trayectoria ejemplar, veneradas por ser paradigma de madre, esposa y líder espiritual de la comunidad.

Uno de estos harawis es 'Mamallay'. “Esta canción yo le escuchaba cantar a mi abuela paterna cuando niña. Mi papá es hijo único, entonces mi abuela era tan celosa con nosotros porque tenía un amor profundo por su hijo –mi padre– y nosotros éramos 11 hermanos. Se sentía desplazada. Confieso que a veces le tenía un poco de miedo o rabia porque era muy dura con los nietos y con mi madre. En esa época yo era pequeña y la escuchaba hablar cosas y cantar con mucha nostalgia muchas canciones y una de ellas es ésta, que volví a escuchar de mi abuela cuando yo ya era adolescente [Consuelo y sus hermanos habían salido de Ayacucho durante la década de violencia que vivió la región]. Esta canción se ahogaba en su garganta, cantaba con un desgarro capaz de conmover la quietud de los cerros, los apus que rodean a mi tierra –Paucaray–. Realmente se escuchaba como un lamento, entonces entendí que mi padre era su vida, y por el hecho de no tenerlo a su lado sentía morirse. Por años me negué a recordar esta canción, me hacía sufrir", detalla emocionada Consuelo. 

Y continúa: "Después de casi dos décadas volví a escucharla y me conmovió tanto, se me erizó la piel de la emoción, y decidí cantarla. Y lo hice el año pasado en España, todo en quechua. Trata de una madre que crió con tanto amor a sus hijos y luego crecieron sus alas y volaron, y cada día ella le grita al viento: “¿Dónde está mi hijo? Ya cuánto he llorado, mis lágrimas han formado ríos y ya para mí no sale el sol y esta espera me mata". Ahora que soy madre puedo entender que no existe palabra para explicar ese amor que sentimos por los hijos, a esa abuela mía la recuerdo con mucho amor y nostalgia, y la admiro como una gran madre. Cantaré este tema porque estoy segura de que hay muchísimas historias iguales o similares o peores, en el sentido de que muchos perdieron a sus hijos por una u otra razón, se los arrancaron de los brazos o tuvieron que abandonar sus cosas, sus tierras, sus padres, en contra de su voluntad. Creo que me corresponde contar nuestra historia cantando”.

También cantará 'Viva la Patria', de Carlos Falconí. “Recuerdo que este tema lo cantábamos en la universidad. Es una canción que nos dice verdades, que nos hace reflexionar y nos hace pensar qué diablos pasó, por qué estuvimos abandonados y castigados por el Estado, que no vuelva a ocurrir jamás”. Pero también hay temas de amor. “Le cantaremos al amor con 'Lejanía'. No sé por qué, pero cuando escucho esta canción y más aún cuando la canto, siento un nudo en la garganta. ¿Estaré enamorada y no me he dado cuenta?”, señala la cantante. Arguedas no pasará desapercibido. Consuelo y Ricardo Villanueva le harán un homenaje.

“En la voz de Consuelo –nos dice el reconocido antropólogo y músico Leo Casas– encuentran cabal expresión todos los matices, colores y vibraciones por el desamor o la ingratitud, la esperanza del reencuentro y, cómo no, la alegría, la picardía y la risa franca”.

Mañana puedes comprobarlo, puedes comprar tus entradas en Teleticket o en la misma boletería. Mientras tanto, aquí un adelanto.


Expreso Puquio


Palomita vanidosa


Tal vez mañana


Paqcha sirena


Hermano


Es imposible


Munaspaqa suyaykuway y Unchuchucuchay


Lee también:
Cantos quechuas en homenaje a Arguedas
La voz de Consuelo Jerí, entrevista de Pedro Salinas
Taki Tinkuy, ArguedasEl legado musical de ArguedasCanto quechua para ratoUna película que viaja por los mundos del Perú a través de la vida de sus músicos