“Como se sabe, [los jóvenes] pagan derecho de piso. No queremos que nuestros jóvenes sean maltratados. Estamos creando un mecanismo voluntario, no obligatorio, para que pueda haber más incentivos para que los empleadores contraten más jóvenes. Recuerden que es solo por tres años”.
Con estas palabras, el presidente Ollanta Humala justificó la Ley N° 3942 que recorta importantes derechos laborales para los jóvenes entre 18 y 24 años.
'Derecho de piso' es un frase muy popular, usada para hablar de las condiciones en las que, supuestamente, un joven debe iniciar su experiencia laboral. Las peores condiciones. ¿De dónde salió esta frase?
En un breve artículo, el investigador Carlos Arrizabalaga, propone un posible origen:
"Es sabido que Sullana fue fundada (...) en tierras de la hacienda de los hermanos Del Castillo, a quienes los moradores se comprometían a pagar una gallina por vivienda para retribuir la cesión del terreno, como una renta anual".
Ya en el siglo XIX, la práctica varió un poco. Los peones construían sus viviendas dentro de los fundos. Desde luego, ese espacio que el hacendado 'cedía' no era gratis. Había un pago que hacer: "[...] en dinero o trabajo o especies la merced conductiva del suelo en que han fabricado su casa y corralón para sus ganados", cita Arrizabalaga una alocución de Hildebrando Castro Pozo en el Congreso de la República, en 1934. Está hablando del llamado 'derecho de piso'.
Con el tiempo, la frase se hizo general en el mundo del trabajo, y fue usada para nombrar, según cada época, las condiciones en las que se accede a un empleo.
Para la lingüista (y ex congresista fujimorista, eh) Martha Hildebrandt, la famosa frase se usa en varios países de América hispana y unida al verbo pagar. Así, "refiere al hecho social establecido de tener que soportar algunos abusos o injusticias al empezar a cumplir un trabajo dependiente".
¿Les suena?
Antes un peón, ahora un profesional novato. El mundo de la hacienda y sus relaciones, al parecer, no terminan de extinguirse en el Perú. Del pongo pasamos al pulpín.
Sí, la iniciación laboral implica un proceso de aprendizaje duro. No eres un trabajador experimentado y tendrás que ganarte el respeto de superiores y colegas. Se supone que eso se logre mediante el trabajo, y no, como plantea la nueva ley que ha promulgado Humala, cediendo tus derechos a favor de la economía de tu empleador.
Movidas de piso
La ley de Humala, curiosamente, encontró eco en un excompetidor suyo: Pedro Pablo Kuczynski ¿Cómo? ¿Un político liberal coincide con uno nacionalista? No hay que sorprenderse. Todos tenemos derecho a cambiar. Hasta PPK, que de estar de acuerdo (y pedir que el régimen afecte a trabajadores hasta los 30 años), pasó a actuar para este video, en el que 'rectifica' su posición inicial ¿Cambio radical? No, solo un poco de maquillaje. La esencia se mantiene: menos derechos laborales significan más inversión.
PPK no quiere que lo llamen 'hambreador'. Menos que el calificativo venga de lo que el considera un importante bolsón electoral: la juventud ppkausa. Cerca del 2016, no le conviene molestar a sus potenciales votantes. En pocas palabras, al candidato se le movió el piso.
Lo más resaltante sobre la polémica que se ha armado alrededor de este nuevo régimen laboral no son las opiniones discrepantes de nuestros políticos sino su coincidencia en la visión conservadora de cómo debe ser la inserción laboral de un joven: un ciudadano que primero tiene que 'pagar derecho de piso' para que se le reconozcan sus derechos. Lamentable.