El pasado 13 de diciembre, la revista mexicana Proceso reveló la historia no oficial de la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa. Según esta, los normalistas de la Escuela Rural Raúl Isidro Burgos no habrían sido capturados por la policía municipal y entregados al cartel de la mafia Guerreros Unidos como reza la historia oficial. Más bien sus investigaciones indican que los alumnos fueron monitoreados y capturados previamente por efectivos de la Policía Federal, en colaboración con el Ejército, cuando ingresaban a la carretera Chilpancingo-Iguala.  

A esta versión se suma ahora una nueva investigación llevada a cabo por el diario El Universal, la cual confirma la presencia del Ejército en Chilacachapa, un pueblo tomado por la mafia de los Guerreros Unidos, quienes, a su vez, forzaron a los campesinos de esa localidad a participar en la desaparición de los 43 estudiantes normalistas. 

A continuación, un extracto del reportaje:

El Universal ingresó de manera encubierta a Chilacachapa —una de las guaridas de Guerreros Unidos— para reunirse clandestinamente con una docena de habitantes del pueblo, y algunos de Tianquizolco. 

Narraron que entre las 23:00 pm del 26 de septiembre y la 1:00 am del 27 de septiembre, el cártel voceó en Chilacachapa, Tianquizolco y Apetlanca para que la gente saliera en apoyo de los policías de Iguala atacados por Los Rojos, un cártel rival, y por estudiantes que “iban a hacer una revolución”.

Un jornalero señala: “Estamos molestos porque sabemos quiénes bajaron: los comisarios [de los pueblos] se llevaron a gente [en camionetas]; mucha gente que estuvo en los retenes se les escapó de las camionetas”.

Otro hombre asegura que el comisario Jesús Valle Rosas, de Chilacachapa, con 25 lugareños obligados o incondicionales, acompañaron a los criminales la noche de la desaparición de los normalistas.

Los entrevistados dicen que el grupo regresó a las 7:00 am por un camión de volteo rojo que llenaron con más gente y bajaron de nuevo de la sierra hacia Iguala. El vecino de Tianquizolco, por su lado, refiere que esa mañana vio ese camión estacionado en un crucero de su pueblo, resguardado por Guerreros Unidos.

Agrega que como a las 9:30 am “el volteo salió a Iguala repleto de gente” en una caravana en la que iban camionetas de los Guerreros Unidos y “el comisario de Chilacachapa”.

Un conocido suyo le contó después: “Amigo, no supimos a qué fuimos, nos dijeron que había que ir a Iguala a una manifestación”. Dicho mitin nunca se realizó, por lo que a las 11:00 am cada quien regresó como pudo a sus pueblos.

El caso de los 43 normalistas provocó el desplazamiento de fuerzas federales en la región y la versión oficial es que se desarticuló a Guerreros Unidos. Pero estos guerrerenses lo niegan.

Durante la visita se observó presencia militar fugaz. Un habitante explica: “Aquí está el Ejército y ¿sabe qué vino a hacer? A poner una cocina comunitaria [de la Secretaría de Desarrollo Social]”.

Otro alerta: “Dos o tres veces a la semana los mafiosos se dan la vuelta en Chilacachapa, siguen amedrentando a la gente y tratan de impulsar los retenes a través de Felipe Flores, Saturnino Atanasio, Francisco Atanasio, Pedro Susano, José Luis Quezada”.

El primero intercede de nuevo: “Hay mucho miedo, la gente no se atreve a denunciar”, enuncia. “Vivimos una situación triste, de terror”. Chilacachapa continúa en su infierno.


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(foto de portada: www.gopixpic.com)


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