Estudiantes mexicanos son brutalmente reprimidos. Es el 2 de octubre de 1968. Tlatelolco.

El grupo paramilitar los Halcones arremete contra una manifestación de universitarios regiomontanos, un jueves de Corpus Christi. Mueren más de doscientas personas. Es el 10 de junio de 1971. El Halconazo.

La niña Alma Chavira Farel, cuyo cadáver es encontrado en enero de 1993, fue la primera de las ahora mil víctimas de feminicidio en Ciudad Juárez

Una patrulla policial de Guerrero asesina a un grupo de dirigentes campesinos que reclamaban en un mitin por la desaparición de un compañero. Es el 28 de junio del año 1995. Aguas Blancas.

45 indígenas son atrapados por paras mientras cuando rezaban en la iglesia del pueblo. Son brutalmente asesinados. Es una masacre, es la caliente Chiapas, es poco antes de la navidad de 1997. Acteal.

En mayo de 2006, un desastroso operativo policial deriva en protestas, que a su vez serán reprimidas con tal brutalidad que terminan con la muerte de los jóvenes Javier Cortés (14 años) y Alexis Benhumea (20 años), más de 200 personas heridas y vejadas y 25 denuncias de agresión sexual policial. Es el saldo de Atenco

El 5 de junio de 2009, un incendio en una guardería infantil acaba con la vida de casi 50 pequeños; negligencia, informalidad, impunidad, nadie fue procesado por el siniestro en ABC

Estas son las tragedias contemporáneas de México, las que han marcado la historia política y emocional del país post-68. Y ahora Ayotzinapa. 

Estas marcas de identidad las enumera Saúl Hernández -- el histórico cantante de Caifanes-- en el video de su más reciente canción: Fuerte, en el que muestra a sus compatriotas inquietos, en movimiento, en la ciudad, en el día a día, y también protestando, cuerpos sumados a la insatisfacción, la indignación, el reclamo. Buscando a sus muertos. Levantándose. Diciendo que están más fuertes que nunca. 

El clip fue dirigido por Alberto Resendiz y con una semana en Youtube, ya ha superado las doscientas mil visitas.

Podrás mentir sobre mi tumba/ podrás ocultar mi nacimiento, Podrás enterrar mis deseos/ pero jamás tentarás mi corazón... Porque hoy estoy fuerte, más fuerte que nunca.

No es la primera vez que Hernández usa su música para dirigir la atención hacia la búsqueda de justicia en el caso Ayotzinapa. En la última presentación de Caifanes en el Auditorio Nacional, el tema "Antes de que nos olviden" sirvió de marco para la proyección de las fotografías de los 43 estudiantes desaparecidos. 

Antes de que nos olviden, haremos historia
No andaremos de rodillas, el alma no tiene la culpa
Antes de que nos olviden, rasgaremos paredes
y buscaremos restos, no importa si fue nuestra vida.

"Esta canción es para estos jóvenes que hasta el día de hoy no sabemos nada de ellos", dijo Saúl esa noche, el 5 de noviembre. "Esta democracia es una imagen, no es nuestra realidad, condenamos los hechos y exigimos al gobierno que no se haga pendejo (...) que este país no se se vuelva una anarquía, un caos, y que mucho menos gente inocente sea masacrada, desaparecida, olvidadada o secuestrado, como está pasando"

[foto de cabecera: Reuters]

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Ilustrando los rostros de Ayotzinapa.

43 rostros, 43 historias.