Tenía 22 años, estaba a punto de terminar la carrera de periodismo en la USMP y trabajaba en la unidad de investigación de la revista Caretas. El joven periodista Fernando Raymondi fue asesinado de un balazo en el pecho por dos delincuentes en la bodega de su padre en Cañete, su ciudad natal y el lugar en dónde él estaba investigando el tema del sicariato.

Este dato debería levantar sospechas, pero la Policía no lo toma en cuenta. El caso de un periodista que investiga los asesinatos a sueldo y termina asesinado por delincuentes, que no se llevaron nada de la bodega en dónde ocurrió el crimen, debería incluir al menos la hipótesis del sicariato.

Sin embargo, la Policía descarta esta posibilidad. La versión del director general de la PNP, Jorge Flores Goicochea es la siguiente: "Llegó un mototaxi, lo apuntaron con un arma de fuego, lo hicieron ingresar a la bodega y ahí lo mataron. La hipótesis que maneja la Policía es un asalto frustrado con muerte".

Raymondi estaba investigando el tema de la violencia en Cañete. En una nota de prensa, la revista Caretas lamentó su muerte y señaló que él estaba investigando el sicariato en dicha provincia, "una problemática que cobró últimamente la vida de tres obreros de construcción civil, una abogada y el año pasado por lo menos 12 o 13 personas".

La inseguridad ciudadana en la provincia de Cañete va en aumento. El boom de la construcción ha traído como consecuencia la explosión de las mafias que suplantan los sindicatos de construcción civil, las cuales mandan a asesinar a sueldo. Otro factor que causa malestar entre los cañetanos es la ubicación del penal Cantera en el distrito de Nuevo Imperial, por el que manifestantes bloquearon la carretera en el 2011, en una protesta que culminó con un muerto herido de bala por la PNP.

Un reportaje de Panorama publicado el último fin de semana da cuenta de la situación actual en la provincia limeña.

Este no debería ser un tema nuevo para las autoridades. En la protesta del 2011, los manifestantes pedían mayor atención para combatir la delincuencia. Han pasado tres años y la situación es aún más peligrosa.

Fernando Raymondi, como periodista, iba en busca de la verdad. Ahora, se debe encontrar la verdad detrás de su asesinato en extrañas circunstancias. El Instituto Prensa y Sociedad (IPYS) está siguiendo las investigaciones sobre el verdadero móvil del asesinato del joven periodista. 


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