Se denomina sicario a aquella persona que asesina a cambio de dinero. Es decir, el sicariato es la práctica de los asesinos a sueldo. Este fenómeno viene afectando a la ciudadanía en mayor medida en los últimos días. El domingo pasado una persona falleció en un conocido restaurante de Barranco víctima de los sicarios. Además, producto de este atentado, el dueño del local quedó herido. Sin embargo, para el ministro del Interior, Daniel Urresti, este es un problema que solo debe preocupar a los delincuentes.

"El 80% de lo que agobia a la gente es la delincuencia común. El sicariato, en un 90%, las víctimas del sicariato son delincuentes. ¿Entonces, a quién debe preocuparle el sicariato tremendamente con esa estadística? Pues a los delincuentes, al poblador común no le preocupa mucho", afirmó el ministor en conferencia de prensa convocada para reconocer la labor de agentes policiales. Para Urresti, el hecho de que se produzcan balaceras en las calles no debería preocuparle a la ciudadanía porque ahí solo se están matando delincuentes. "Dejemos que se maten entre ellos", diría. En este sentido, que se lleven a cabo asesinatos, ya sean delincuentes o "personas honestas", es lamentable y debería preocupar a la sociedad y a las autoridades.

El Presidente Ollanta Humala no se quedó atrás y completó la frase de Urresti con otra teoría del sicariato. Para el mandatario, el sicariato es consecuencia de la globalización. "La posición del gobierno es que tenemos que luchar contra esta práctica criminal que viene de décadas atrás producto de un fenómeno de globalización. Se está dando en el Perú y hemos podido detectar que principalmente los actos de sicariato se dan entre bandas criminales. Esto no implica que la población se sienta segura", afirmó. Con esta declaración, pasamos del sicariato como problema de los delincuentes a un fenómeno mundial. La globalización, según la Real Academia Español, es la "tendencia de los mercados y de las empresas a extenderse, alcanzando una dimensión mundial que sobrepasa las fronteras nacionales". Si bien esta definición no es única y los teóricos sociales han analizado el fenómeno desde diversas aristas, la referencia de Humala resulta errónea porque el problema que afecta al Perú es el sicariato, los asesinatos en las calles, no la internacionalización de los criminales. En todo caso, es una asociación muy forzada esa de sicariato-globalización.

El ministro Urresti y el Presidente Humala deberían tratar el tema con mayor seriedad (y no con tanta ligereza al momento de declarar). Afirmar que el 80% de las personas solo se preocupa por la delincuencia común, y no por el sicariato, requiere de un estudio. Pero, al parecer, Urresti solo se guió por percepciones. Y acusar a la globalización del sicariato requiere toda una argumentación para sostener esta hipótesis. Como autoridades, no pueden decir lo primero que se le viene a la mente.


Foto de portada: El Heraldo.


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