La más reciente exhibición de Alejandro Jaime (Lima, 1978), Extracción: los paisajes del vacío, se centra en tres espacios emblemáticos para la historia y geografía del continente para determinar y discutir aspectos de la relación del hombre con el territorio. Estos son: los andenes peruanos, el Cerro Rico de Potosí en Bolivia y la Mina de Chuquicamata en Chile. 

El divorcio entre las representaciones de la nación y el territorio en su medida real es uno de los tópicos por excelencia del arte contemporáneo. Si bien esta muestra propone aproximaciones un tanto alejadas de las operaciones usuales para discutir este tema, el resultado es más parecido a un registro, un documento, que a una afirmación. En términos estrictos, las piezas que presenta Jaime se pueden dividir en dos categorías: instalaciones y estudios sobre las correspondencias visuales del espacio, la materia y los símbolos asociados a estas intervenciones del hombre en el paisaje. 

Las piezas dedicadas a los andenes se centran en la posibilidad de una transformación armoniosa del paisaje por la mano del hombre. Lo más interesante es que Jaime logra evadir una aproximación nostálgica al tema; por el contrario, demuestra como esta voluntad de transformación del paisaje ha acompañado a nuestra especie desde el comienzo. Esta referencia a la andeneria inca podría sugerir que la muestra es una declaración sobre los usos y abusos del espacio y sus consecuencias. Pero lo que realmente interesa a Jaime es dar cuenta de esta relación, evitando un juicio explicito; intuyo que esta es su forma de confrontar al espectador e instarlo a que sea él quien saque sus propias conclusiones.


Potosí II - fotografía y dibujo en tinta, 2014.

En el caso de el Cerro Rico de Potosí las piezas que exploran la relación que tienen desde tiempos coloniales los trabajadores con el interior de la mina y su enlace con la iconografía del sincretismo religioso producto de la conquista. El recorrido por el interior de la mina, que es a la vez vena y camino, es en realidad un recorrido por el universo simbólico que se teje a su alrededor. La pregunta por qué es lo que habita en el interior de la mina pareciera encontrar respuesta: lo que habita el interior de la mina son las esperanzas que aquellos que la trabajan depositan en ella. De ahí que el artista reutilice en sus instalaciones los elementos esenciales de un pago a la tierra: los cigarrillos de tabaco negro y la hoja de coca. En este caso el uso de elementos del imaginario cultural sirven para poner en evidencia su reverso: la 'deuda' que tiene el hombre con la tierra.

Potosí III (la venganza del armadillo) -fotografía y dibujo, 2014.

El trabajo construido en base a Chiquicamata, la mina de cobre más grande del mundo, se centra en una inversión simbólica del uso que se ha dado por años a los recursos que esta produce. Chuquicamata es parte del patrimonio de la familia Guggenheim y parte de lo que produce está destinado a la fundación Guggenheim que administra sus mundialmente famosos museos. El artista en este caso busca hacer un paralelo entre la arquitectura del museo de Nueva York y el espacio de la mina a tajo abierto. Esta confrontación entre lo que determina el paisaje y lo que nosotros determinamos de este, es el punto de partida para una reflexión más profunda. Una reflexión sobre el destino de los recursos naturales y el lugar que ocupan en la sociedad quienes lideran su explotación.

Guggenheim - fotografía y dibujo, 2014 .

La muestra de Jaime es efectiva en tanto detonante de preguntas, si no somos capaces de verlo así, nos quedaremos al nivel en el que las piezas son tan solo la evidencia de un catastro, un registro. Este desvío hacia el apunte podría evitarse mediante la elaboración de una tensión entre piezas más efectiva. Esta topografía en tanto voluntad del hombre que busca poner en evidencia Jaime, está presente en cada cada caso; pero el peso de sus repercusiones no se termina de hacer evidente. La aproximación es tan desafectada que obliga al espectador a poner todo de su parte para encontrar una postura frente a las distintas situaciones que se retratan. Esto no quiere decir que el artista tenga que necesariamente guiar nuestra mirada; pero un tema como este exige un lugar de enunciación menos aséptico.



Extracción: los paisajes del vacío de Alejandro Jaime va en Wu Galería [Av. Sáenz Peña 129, Barranco] hasta el viernes 5 de diciembre de lunes a viernes de 10:30am a 8:00pm, sábados de 12m a 8pm. El ingreso es libre.


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