La muerte de Edwin Chota Valera, Jorge Ríos Pérez, Leoncio Quinticima Meléndez y Francisco Pinedo no debe quedar impune. Fueron asesinados el 1 de setiembre y señalan como culpables de este crimen a madereros ilegales, ya que los nativos asháninkas se dirigían hacia la zona fronteriza con Brasil para impedir que narcotraficantes y madereros ilegales sigan operando.

La comunidad nativa Alto Tamaya-Saweto emitió un pronunciamiento. Exigen lo siguiente: 

1.- Que se realicen todas las investigaciones necesarias para dar con los responsables del asesinato de nuestros cuatro hermanos comuneros y se garantice que el hecho no quede impune.

2. Que las familias de las víctimas reciban la apoyo legal, la atención integral, protección y seguridad necesarios para que puedan alcanzar justicia y reparaciones por la destrucción de su núcleo familiar y social.

3. Que de manera inmediata se garantice la seguridad de la población de nuestra comunidad que aún viene siendo amenazada, disponiendo el despliegue de las fuerzas del orden asi como se genere la presencia del estado en la zona de frontera Ucayali, Perú con Acre, Brasil, con la correspondiente implementación de una política de fronteras, integral y sostenible.

4. Que se concluya definitivamente y a la brevedad con la titulación de nuestro territorio que ha sido la principal causa de la inseguridad que sufrimos por más de una décaday que ha conllevado a una sistemática amenaza y violación de nuestros derechos fundamentales individuales y colectivos.

5. Que se garantice la sostenibilidad de la integración fronterice frente al tráfico de drogas.


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