Salió de su casa rumbo al trabajo como todas las mañanas. No había leído los noticieros que advertían del paro de transportistas que anunciaron las empresas del Callao que están en contra del #CorredorAzul. Vio el tráfico caótico por la avenida La Marina, el exceso de pasajeros en el paradero y la ausencia de unidades de transporte. Maldijo a Susana Villarán culpándola de lo que ocurría y compartió su indignación en las redes sociales. De esta manera, aquellos empresarios que no participaron de la reforma del transporte lograron su objetivo: desacreditar a la alcaldesa de Lima y aumentar la percepción de que la reforma iniciada no sirve.
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Anteriormente, la empresa Orión y el partido político Solidaridad Nacional ejecutaron una estrategia de sabotaje contra el #CorredorAzul. La primera se encarga de amedrentar a las empresas que sí tienen autorización para que no circulen y el segundo de realizar una especie de servicio a los pasajeros en vehículos inseguros y de movilizar personas para aumentar la percepción de caos.
El Presidente de Protransporte, Gustavo Guerra García, explicó la situación: “Este grupo de transportistas se resistió a ser parte de la Reforma del Transporte, porque no quieren poner a sus trabajadores en planilla, ni transferir sus activos y vehículos a los consorcios. Ellos transfieren sus activos a otras empresas cuando cometen accidentes para evitar pagar las indemnizaciones a los familiares de las víctimas”. Además, señaló que estos transportistas aún pueden participar de la reforma, ya que todavía existen procesos de licitaciones en los que pueden participar.
Los pasajeros reaccionaron en las redes sociales. La mayoría estaba molesta por no poder llegar a tiempo a sus destinos. Así lo reportaron:
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