"De piel para adentro empieza mi exclusiva jurisdicción", escribía el ensayista español Antonio Escohotado. Bajo esa perspectiva sería inútil e iría en contra de las libertades individuales apostar por la idea de que la abstinencia total es el mejor manejo del consumo de drogas.

No sostenemos que fumar marihuana no sea dañino; sin duda el consumo crónico, incluso el que no es problemático, implica ciertos riesgos, sobre todo a nivel físico y fisiológico.

Es por eso que desde el punto de vista de reducción de daños, en donde lo necesario es brindar información que permita aminorar las consecuencias negativas del uso, citamos algunos datos que debes tomar en cuenta la próxima vez que fumes. Y si no eres un usuario de cannabis, comparte este post con quien sí lo sea.

1) No fumes en pipas hechas de objetos cotidianos. El problema con esta modalidad (pipas hechas con lapiceros, con papel de aluminio, tuercas de fierro, botellas de plástico) es la toxicidad de los gases que puedes provocar al calentar dichos dispositivos improvisados.

Para quienes han probado distintos dispositivos, quizá se hayan dado cuenta que fumar bajo los materiales mencionados hará que varíe el sabor y experiencia general de fumar cannabis.

2) No te guardes un tiempo el humo en los pulmones. Es una creencia sin fundamento que si guardas el humo de la marihuana varios segundos en tus pulmones, te asegurarás un mayor asimilación del THC, y por consiguiente una mejor 'subida'. Falso. Otra cosa es que se confunda con los efectos añadidos de la desoxigenación y la seguida hiperventilación luego de estar un tiempo sin respirar (lo que sí podría estar relacionado con los problemas cardíacos asociados al consumo de cannabis).

El THC, el principio psicoactivo del cannabis, es rápida y fácilmente asimilado a través de los pulmones, es por eso que en unos segundos se puede sentir ya el efecto del THC en nuestro sistema nervioso. Lo que haces guardándote el humo más tiempo es que se sedimente el alquitrán en tus pulmones, sin tener un mayor efecto de 'subida'.

3) No uses papel para fumar blanqueado. Lamentablemente, en nuestro mercado, los papeles para fumar que más se venden en grifos o bodegas (OCB, Gizeh, entre otros) son papeles que han sido procesados químicamente para obtener el color que tienen, incluyendo los que no son blancos ni traslúcidos.

Uno de los químicos que se utilizan para dicho proceso es el cloro, además del carbonato de calcio para reducir la velocidad de combustión del papel.

4) No compartas dispositivos para fumar. El hecho de compartir un porro, una pipa y otros dispositivos se presta a la transmisión de gérmenes y virus que se muevan a nivel bucal. No obstante, fumar marihuana, sea cual fuese el dispositivo que utilices, está asociado a compartir, de a dos o más; es lo que podría afirmarse como la cultura cannábica, y en cada país o región es distinto el modo en que los usuarios se vinculan con esa droga. Así que este punto puede ser mal visto.

Cómo variar a favor de efectos menos dañinos

Esa especie de cultura cannábica es la que estimula la persistencia de los hábitos y hechos que acabamos de mencionar. Mas eso no quiere decir que sean lo mejor para el organismo. Con toda la información certera que se maneja en términos de reducción de daños, afirmar que es tan solo una planta que no hace daño a nadie es afirmar una verdad a medias, ya que la consumes a través de su combustión.

Al final, uno decide cómo consumirla, ahí está cada uno con su propia jurisdicción, mientras no se haga daño a segundos o terceros. No obstante, vamos a mencionarte algunas opciones que pueden reducir los efectos negativos de fumar marihuana.

1) Fumar en pipas de vidrio o de material vegetal. No es recomendable usar pipas de metal, aunque sean las que más se comercialicen (por ser baratas). Las vegetales no laqueadas y las pipas de vidrio son las que pueden evitarte respirar gases tóxicos. Sin embargo las de vidrio suelen estar a precios más elevados.

2) Vaporizador. Lo que hace este dispositivo electrónico es evaporar los cannabinoides de la marihuana (el THC, el principio psicoactivo, y otros tipos de cannabinoides), a través de una temperatura controlada para lograrlo. Este efecto evita que no inhales los elementos tóxicos de una combustión, que sucede cuando la fumas en un porro.

Con el vaporizador te evitas la irritación de la tráquea, entre otros problemas respiratorios. El 88% del humo que inhalas cuando lo fumas no son cannabinoides, mientras que por medio del vaporizador, un 95% de aquello que inhalas está compuesto de ellos. 

3) Papel sin blanquear. Hay productos que ofrecen papel para fumar sin haber sido procesado con cloro ni otros aditivos químicos. Algunos tienen una coloración marrón. En algunas tiendas especializadas, en casas de fumador, puedes encontrar a buenos precios cajitas de este tipo de papeles.

Existe una gran comunidad de usuarios de marihuana en el país, de manera que esta información puede ser útil para aquellos que estén interesados en su salud, a través de la modificación de hábitos.

La política de proponer abstinencia a las drogas ('a las drogas diles no', por ejemplo) representa una de las modalidades en que el prohibicionismo y cierto paternalismo se expresan, amparado en un sistema legal que empuja al consumidor al mercado negro. La perspectiva de reducción de daños en cambio apuesta por aceptar la libertad de las personas y por brindarle información a favor de su salud.

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