Pese a cumplir con una amplia ronda de reuniones con todas las bancadas del Parlamento -a excepción de Dignidad y Democracia, con comunicación escrita-, la premier Ana Jara no consiguió el voto de confianza, por lo que tendrá que someterse nuevamente al Pleno. Todo dependerá del poder de convencimiento que pueda tener sobre las 63 abstenciones que obligaron a convocar una nueva sesión para resolver el caso. 

Al igual que con René Cornejo, la exposición de Jara estuvo sujeta a varios cuestionamientos por parte de la oposición que, dividida entre posiciones cerradas y otras mas constructivas, optó por la figura de la abstención. Con menos quorum que su antecesor en la primera votación -Cornejo contó con 118 congresistas y Jara con 114- la responsable de la PCM exhortó a los legisladores a votar a favor o en contra, lo que posiblemente sirvió como detonante para llegar al desenlace.

“Lo lamento muchísimo por Ana Jara. Hasta antes de su última intervención, me pareció que hizo esfuerzos para buscar consensos. Pero en el discurso final no ha sido flexible”, sostuvo Víctor Andrés García Belaúnde.

Cecilia Tait y Verónika Mendoza tuvieron la misma opinión sobre el mensaje que habría proyectado el Congreso a Jara. Inconformes con la permanencia de algunas figuras en carteras específicas, ambas legisladoras apuntaron a una recomposición del Ejecutivo, aunque hicieron notar el poco poder de Jara para tomar esta decisión.

Desde el oficialismo lamentaron esta muestra de rechazo. Si bien hay algo de razón en el reproche cuando se afirma que el país queda "congelado", también hay nerviosismo y acusaciones de una presunta conspiración que buscaría debilitar al gobierno. “Es evidente que el APRA y el fujimorismo están en eso e inexplicamente el Frente Amplio se suma a la estrategia de ellos”, comentó Sergio Tejada.

En caso Jara no obtenga el voto de confianza en la próxima sesión del Pleno, deberá renunciar al cargo que le delegó el presidente Ollanta Humala, quien se verá en la obligación de convocar a un nuevo primer ministro. El escenario de la disolución del Congreso es constitucional, pero se daría en un caso extremo que implique un reiterado rechazo a un eventual nuevo gabinete.

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