El 'periodismo' que nos hace reír
Una noticia falsa, amparada en la sátira, hizo patinar a un congresista y nos lleva a reflexionar sobre el periodismo, la mentira y la ficción.
Una serie de correos electrónicos ficticios entre la ministra Ana Jara y el ex premier René Cornejo fueron objeto de la columna que escribió Yuri Rodriguez en la revista Velaverde la semana pasada. Los hechos narrados en la columna fueron tomados por reales por un congresista, que hasta convocó a la prensa para hacer una denuncia de carácter político y pedir explicaciones por los hechos que se deducían de los supuestos correos electrónicos: la influencia de la primera dama, Nadine Heredia, en el gobierno, quitando y poniendo ministros.
Mucho se ha dicho sobre el equívoco, pero se dejó de lado algo realmente importante: el texto. ¿Es válido que un periodista escriba 'lo que se le ocurre' usando personajes y situaciones reales? ¿Cuáles son los límites de las mentiras y las invenciones, cuando emplean como materia prima hechos reales? El asunto nos permite una reflexión más amplia sobre la realidad y la ficción, una relación que ha sido el material primordial de grandes maestros del periodismo y la literatura.
Periodismo: realidad y ficción
Tom Wolfe, Gay Talese o Truman Capote son los cultores emblemáticos de un género muy cercano a la literatura en cuanto a la técnica y al corazón del periodismo en cuanto a la investigación.
El libro más célebre del género, A Sangre fría, de Capote, es una ficción, por la que Capote pasó 5 años de su vida en Holcomb, Kansas, investigando, entrevistando, hablando con más de 75 personas involucradas en el asesinato de la familia Clutter, ocurrido en 1959. El biógrafo de Truman Capote, Gerard Clarke, recoge las cartas del escritor y muestra cómo Capote reconstruye la historia y solicita información a todas sus fuentes.
En esta carta, Capote le escribe a Donald Cullivan, amigo de Perry Smith, uno de los asesinos de la familia Clutter. Se puede ver cómo el periodista trabaja con la información que sus fuentes les pueden brindar.
España, 20 de junio de 1960
(...) Y ahora ahí va mi problema, que es de carácter técnico: no hay ninguna parte del libro que esté narrada en primera persona, es decir, que “yo” no salgo, ni puedo, técnicamente, salir. Ahora bien, hacia el tramo final, quiero insertar una larga escena entre tú y Perry en la que usaré unos materiales que obtuve de mis propias conversaciones con Perry; en otras palabras, me sustituirás. Esta escena concreta girará en torno a los platos de codorniz (¿?) que la señora Meier os sirvió para cenar cuando estabas en la celda con Perry. Lo que necesito es una descripción física detallada de la escena, de lo que os sirvió la señora M., de cómo estaba puesta la mesa, etc. Todas y cada una de las cosas que recuerdes. También es en esta escena cuando Perry explica, como hizo contigo, su última y definitiva versión de lo que pasó en la casa de los Clutter.Como dije, el trabajo va bien pero muy lento. Es como hacer un elaborado punto cruz (…)
Truman
¿Por qué es ficción y a la vez periodismo el libro de Capote? Porque usa técnicas literarias -personajes, tiempo, espacio- y porque le da un orden a la historia –a la ficción-, lo cual no se puede hacer con la realidad. A Sangre fría no es una reflejo de la realidad: es una realidad creada a partir de la investigación.
Capote “construye” una realidad periodística y para eso es necesario investigar, estar en el campo, hacer un trabajo casi antropológico y sicológico para la “creación” de personajes de ficción de individuos de carne y hueso. Es lo mismo que hace Mario Vargas Llosa en la Fiesta del Chivo, Gay Talese con Frank Sinatra o Javier Cercas en Anatomía de un Instante.
Realidad y humor
Carlos Tovar, Carlín, caricaturista del diario La República, se ampara en el humor para hacer opinión política, lo cual no solo es válido, sino efectivo: sus mensajes golpean fuerte y el receptor sabe siempre que su arte es una “ficción” porque en sus dibujos existe espacio y tiempo ficticios. Sus personajes viven, hablan, se comunican y existen dentro de la ficción. No solo se ampara en la sátira, sino que ha creado un mensaje de ficción que se basa en la realidad: una denuncia, una investigación o un indicio de corrupción. Digamos:
Imaginario popular
En el caso de Rodríguez y su "ficción" en Velaverde, el columnista no investigó, no indagó, no preguntó. Su invención se reduce a crear una historia falsa a partir de un hecho real (la filtración de tres mil correos del ex primer ministro) y a jugar con la idea de una supuesta revelación allí contenida.
Similar recurso usan proyectos como El Panfleto o El Cenicero -páginas locales que se emparentan con Eldeforma o The Onion- Son graciosas, pero cuidado: no hacen periodismo. Se trata de sátira de las noticias. Son noticias divertidas y, bajo ese paraguas, tienen toda la cancha para hacernos reír y pasarla bien. Ellos no hacen periodismo. Se la juegan por el entretenimiento.
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