Deshacer el nudo eielsoniano
Conversamos con Patricia Pereyra, directora del documental 'Eielson Des-Nudo', un registro visual que nos permite conocer la rutina del artista en sus últimos meses de vida.
Este año es el año del artista peruano Jorge Eduardo Eielson. El nonagésimo aniversario de su nacimiento (Lima, 1924) ha sido la excusa ideal para que se organice más de una actividad para homenajear tanto a su memoria como a su legado, no solo en el Perú, sino también en el extranjero.
Es por ese motivo que Patricia Pereyra, conocida principalmente por su carrera actoral dentro y fuera del país, y hoy dedicada a la gestión cultural, ha decidido compartir con el público su documental Eielson Des-nudo, que se estrenará este sábado 9 de agosto, en el Festival de Cine de Lima.
Eielson Des-Nudo es el tercer documental de Patricia Pereyra, pues antes ya dirigió Huantar (2005) y Javier Pérez de Cuéllar, el imperturbable (2006).
Filmado en agosto de 2005, producido de forma independiente, el documental contiene imágenes nunca antes vistas del poeta, que resultan un material muy valioso si se considera que pocos meses después, exactamente en marzo de 2006, Eielson sucumbiría finalmente ante el cáncer al estómago que lo aquejaba desde hacía años.
Patricia comenta que el proyecto original era registrar los testimonios de algunos de los integrantes de la generación del cincuenta. En esa dirección, había conversado en un principio con Pérez de Cuellar. Luego de esa experiencia apuntó a otros personajes de nuestra historia cultural como el pintor Fernando de Szyszlo y la poeta Blanca Varela.
Hasta que se fijó en Eielson: “...y estaba Jorge Eduardo Eielson dentro de esa generación, pero había poco acceso a él. Entonces me puse en contacto con él por teléfono y le dije si podría visitarlo. Y me dijo que era difícil, porque en ese momento él no se sentía muy bien. Pero, bueno, hablamos un par de veces, y al final me dijo 'ya, ven'".
El periplo que tuvo que seguir Patricia para alcanzar a Jorge Eduardo —como él se lo advirtió— no fue nada sencillo. En un solo día tuvo que descender de un ferry —que la había trasladado hasta Porto Torre, en la isla de Cerdeña—, tomar un bus, subir a un taxi y llegar a otra estación de buses donde se vería con Angelo, el asistente del poeta que lo llevaría con él.
El encuentro con Eielson se dio en su casa frente al mar, en la que pasaba los días sin más compañía que la de su gata Chiquita. Y es que ya en 2002, Michele Mulas, artista sardo compañero de Eielson desde los años setenta, había fallecido. Patricia recuerda a Jorge Eduardo vestido de blanco, "muy ligero, [con] una manera de hablar muy dulce, muy suave, pero [que] podía decir cosas muy fuertes".
Por cerca de dos semanas, ambos recorrieron la playa donde el artista solía nadar, su huerto y sus estudios de trabajo. Patricia apunta que el hecho de que su camarógrafo fuera francés y no hablara nada de español, ayudó a la interacción: “Muchas veces no le gustaba que lo filmara. Era difícil filmar. Lo que tengo es lo poco que me dejó filmar. Parte de la ventaja también fue que el camarógrafo no hablaba nada de español. Y él estaba feliz porque era como estar libre”.
Libre para hablar con, como Patricia se describe a sí misma, "esta chica que tenía ganas de conocerlo" y a la cual recibió porque probablemente venía sin ninguna pretensión. “Yo no era una especialista —me dice la realizadora— ni nada de eso. Había leído, como todo el mundo, sus poemas, pero no entendía la conexión con su arte plástico. No lo entendí sino hasta que él me lo explicó".
Es así que a ella le dirá que después de tantos años, quería deshacerse de sus famosos 'nudos'. Ya estaba cansado de ellos. Sin duda, era un gesto esperado en Eielson. Sobre todo cuando desde el principio de su obra, tanto en la literaria como en la plástica, él se había caracterizado por estar siempre dispuesto a renovarse, a arriesgarse, a entrar en una búsqueda incansable que lo llevó a experimentar con los límites del lenguaje y que solo la muerte sería capaz de interrumpir.
Patricia revela que había intención de seguir con estas conversaciones. De allí que posteriormente se reuniera con algunos de los principales especialistas de la obra eielsoniana: Lorraine Verner, Luciano Boi y Martha Canfield. Cada uno de ellos desde distintas perspectivas: el arte, la filosofía y la crítica literaria.
También hubo un segundo encuentro, esta vez en Milán, que era la otra ciudad donde pasaba sus días el poeta. Fue así que tuvo la oportunidad de ser testigo de una de las últimas performance de Eielson, en la que él, ante un público expectante por sus movimientos, se colocaba una nariz de payaso y no atinaba más que a reír, tan solo a reír.
En Eielson Des-Nudo, nos dice Patricia, ha sido el propio Eielson quien "ha creado el ritmo del documental". Este documental es un homenaje a la memoria de uno de los artistas más importantes que ha tenido el Perú en el siglo XX. Además de ser una invitación a conocer —para aquellos que todavía no la han descubierto— la obra de Eielson.
A continuación, el tráiler del documental que, además de las fechas programadas en el Festival de Cine de Lima, también será presentado el 1 de setiembre en el Congreso de las Artes - Homenaje a Jorge Eduardo Eielson que organiza en Lima la Universidad Científica del Sur.
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