Los tres se han manifestado de inmediato y han puesto manos a la obra en sus nuevos portafolios. Sin embargo, y quizás por la naturaleza y conflictiva cartera que ahora encabeza, pero también por su carácter y perfil, Daniel Urresti es el único de los nuevos ministros que ha hecho un 'showroom' en diferentes medios de comunicación, criticando las gestiones de sus antecesores y ofreciendo terminar con la inseguridad ciudadana.

La mayoría de analistas considera que José Gallardo y Gonzalo Gutiérrez son los que deben estar en Transportes y RREE, respectivamente. Cumplen con los requisitos: un paso por Osiptel, Osinergmin y el BCR y desempeño diplomático en China y la ONU, correspondientemente. Más bien es el flamante ministro del Interior el que ha recibido críticas desde la organizaciones de derechos humanos así como de algunos analistas y políticos.

Muchas veces un cambio de ministros implica aire fresco, un punto de quiebre, ¿lo es esta vez?

Para el opinólogo Carlos Meléndez, el cambio de ministros durante el gobierno humalista se ha convertido en una anécdota política. "No oxigena ni blinda, tampoco asume su rol instrumental de reorientar la gestión pública; tan solo delata cuán perdido está quien conduce el país", señala hoy en su columna en el diario Perú.21.

Si bien resalta las designaciones de Gallardo y Gutiérrez, el periodista Augusto Álvarez Rodrich considera que algo no debe de estar bien en el gobierno, pues los relevos no han despertado mucha expectativa. "Es claro que algo más requiere hacer este gobierno –en políticas, en personas y en forma de relacionarse con el país– para no parecer, cuando aún le faltan dos años, un pato rengo", anota.

La Cámara de Comercio de Lima también ha manifestado su extrañeza por los cambios ministeriales, más aún en la coyuntura del 'paquete reactivador de la economía', y Jorgen von Wedemeyer, su presidente, ha dado un mensaje directo hacia Gallardo: "El nuevo ministro de Transportes y Comunicaciones, quien es economista de profesión, sabrá sopesar lo importante que es contar con una infraestructura adecuada para lograr la competitividad que requieren las exportaciones y la industria en general”.

Mientras tanto, la Confiep aplaudió el relevo y afirmó que contribuye al crecimiento del país. "Estos cambios son acertados y van a contribuir a seguir el camino que todos queremos, el de crecimiento y desarrollo”, enfatizó su presidente, Alfonso García Miró.

Por su parte, Mirko Lauer, columnista de La República, cree que este cambio es más un ajuste que oxígeno. "En el caso de Interior sobre todo, no parecen ser equipos o proyectos los que se turnan, sino simplemente personas con buenas intenciones. En el caso de la Cancillería la cosa es distinta. Los cambios han sido menos, la política exterior ha estado enfocada en los resultados de La Haya y la economía hoy tiene mucho que decir en estos temas. Hay por delante una media docena de cumbres mundiales de la máxima importancia que van a exigir preparación, y sobre todo diplomacia... Quizás el tecnócrata de Transportes esté más cerca del MEF que el empresario arequipeño [Carlos Paredes], aunque algunos harán notar que Gallardo es coautor de un libro con Piero Ghezzi, el ministro sindicado hoy como el tábano de Luis Miguel Castilla", reflexiona.

Finalmente, en opinión de Meléndez, la tecnocracia sin norte político se desgasta. "Antes los ministros eran voceros de sus sectores. Combinaban especialidad y peso político. Hoy, ser PhD en Economía y carecer de pasado político es suficiente para ser ministro intercambiable en Producción, Transporte, Energía, Vivienda, Agricultura. En aquellos sectores donde no se encuentra este perfil, se apela a la confianza y a características personales (la honestidad de Albán, el carácter de Urresti). La ausencia de políticas gubernamentales y la permanencia de ‘orejones’ presidenciales patentizan cuán cosméticas son las substituciones", remarca.

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