El constante afán de Juan Luis Cipriani de inmiscuirse en asuntos públicos lo ha convertido, muy al pesar de muchos, en uno de los actores políticos con mayor presencia en el país. Un hecho que llevó al reconocido abogado y periodista Luis Pásara y a Carlos Manuel Indacochea, a publicar hace poco 'Cipriani como actor político', libro que explica y analiza la trayectoria del actual cardenal desde que asumiera el obispado auxiliar de Ayacucho. 

A propósito de su visita a nuestro país, Pásara conversó con Augusto Álvarez Rodrich el último lunes en su programa de ATV+ sobre el porqué realizar un perfil del primado desde un escenario en el que no debería desenvolverse.

"Si Cipriani fuera un tema eclesiástico se ocuparían los historiadores de la religión, pero Cipriani es un tema político. Los antecesores eran bastante más discretos, es verdad que Landazuri dijo cosas y se puso incluso más a la izquierda que Velasco y Vargas Alzamora tuvo ese episodio lamentable con Vargas Llosa, pero todas las cabezas de la iglesia han tenido la tentación de hacer un gesto político (...) Cipriani está en la cancha política todo el tiempo. Es un actor político vestido de cura, vestido de cardenal. Tiene políticas decididas como si fuera un partido como si fuera un líder político y las está vendiendo todo el tiempo. Las ideas de Cipriani son muy conservadoras pero son legítimas como cualquier otra idea. El asunto es travestirse de cura o de cardenal para vender ideas políticas. Venderte desde el púlpito o desde la autoridad eclesiástica una idea que es puramente una política pública tan discutible como cualquier otra", señaló.

Recordó, también, que Cipriani ha postulado en más de una ocasión a la presidencia de la Conferencia Episcopal y siempre ha perdido, más que nada porque su personalidad no se ajusta a la del resto de obispos del país.

"Ha perdido más por el estilo que por el fondo. Tiene un estilo que no es el de los obispos peruanos que son bastante más tímidos, bastante más discretos, se la juegan pocas veces. Cipriani se lanza como un jugador de básquet al ataque. Tiene este estilo confrontacional, de agredir, de golpear de plantear temas escandalosamente para conmover a la opinión pública, eso no le gusta mucho a los obispos peruanos (...) Desde que obtiene el primer cargo importante en la Arquidiósesis de Ayacucho como obispo auxiliar, él tiene una línea clarísima: primero a favor del Fredemo, el hace campaña por Vargas Llosa y luego se alía con Fujimori. Es muy pragmático, por eso digo, es un actor político", sostuvo.

Finalmente, consideró que con su afán de protagonismo Cipriani le hace mal a la iglesia, más aún teniendo en cuenta que la línea del actual papa y la suya no van precisamente en la misma dirección.

"Dicen que está conquistando a Francisco, que se le ha acercado de muchas maneras, pero yo creo que desentona. Francisco es jesuita, y entre estos y el Opus Dei hay un odio histórico (...) yo creo que le hace mal a la iglesia peruana. Lo esencial de la iglesia Católica no es un mensaje político, impositivo, autoritario. De Jesús viene eso de 'dar al César lo del César' y precisamente el terreno de Cipriani es el del César no el de Dios. El problema no es la idea que el propugna sino el lugar desde donde las propugna", puntualizó.

"Él tiene derecho como ciudadano a tener posiciones, por ejemplo, sobre la unión civil, lo que no tiene derecho es a decirnos como cardenal que en el Perú tenemos que imponer este criterio y no el otro"

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