La tensión social en Bolivia crece, en medio de protestas y desórdenes, luego de que la noche del lunes, la presidenta del Tribunal Supremo Electoral (TSE), María Eugenia Choque, presentaba los resultados preliminares que convertían a Evo Morales en el ganador de las elecciones presidenciales en primera vuelta, en un sospechoso cambio de tendencia del escrutinio, que se suspendió por 24 horas cuando todo apuntaba a una segunda vuelta entre el actual mandatario y su rival electoral Carlos Mesa, quien no dudó en denunciar un "fraude escandaloso".
A esto se suman los observadores internacionales que han cuestionado también esta ventaja repentina del jefe del Estado. Era la chispa que faltaba que estalle la desconfianza que ya los bolivianos sentían sobre el TSE, según una encuesta que se realizó antes de las elecciones y que arrojó que el 60% creía que habría fraude en los comicios del domingo último.
Confirmadas las sospechas, cientos de personas tomaron las calles, han quemado urnas y sedes electorales, mientras que la oposición, sindicatos, organizaciones empresariales y ciudadanos alistan más movilizaciones en todo el país.
El recuento rápido de actas (TREP) dio sorpresivamente a Evo Morales un 46,87% de los votos y a su rival, Carlos Mesa, el 36,73%, una vez escrutado el 95,30% de los sufragios. Así, Evo, en el poder desde 2006, está a punto de evitar una segunda vuelta y ser reelegido hasta el 2025.
Esto contribuyó a la actual situación de crisis, en la que quienes fueron declarados perdedores no reconocen el triunfo del actual presidente; los edificios del TSE han sido atacados por los manifestantes. También hubo movilizaciones a favor de Evo Morales. "Somos pueblo, somos MAS", gritaban, en alusión al partido político del presidente, el Movimiento al Socialismo.
La noche del día de la elección, el domingo, el TSE interrumpió el conteo rápido de votos, luego de haber cubierto únicamente el 83% de los sufragios, que apuntaban a un balotaje de desempate, y alegó que lo hizo para "no confundir" los resultados con los que arrojaría el escrutinio físico, que había comenzado justamente en ese momento. Un día después, el tribunal, sin mediar alguna explicación, el conteo se reanudó y dio la victoria en primera vuelta al partido de gobierno.
Evo Morales requería superar el 40% y sacar al menos un 10% de ventaja al segundo para evitar la segunda vuelta. "Confiamos que la ciudadanía no va a aceptar este resultado tergiversado y amañado", dijo Carlos Mesa por su lado.
La Organización de Estados Americanos (OEA), por su parte, expresó su "profunda preocupación y sorpresa por el cambio drástico y difícil de justificar de tendencia de los resultados preliminares conocidos tras el cierre de las urnas".
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