Bolivia se alista para una segunda vuelta electoral tras las elecciones de este domingo, entre el actual jefe de Estado, Evo Morales, y el exmandatario Carlos Mesa, en medio de la tensión que se disparó en el país por la suspensión del escrutinio oficial.

Al 84% de los votos escrutados, Morales, que gobierna desde 2006, logró el 45,7% frente a un 37,8% de Mesa. El conteo revela una significativa pérdida de apoyo de Evo, mientras que el Tribunal Supremo Electoral (TSE) dijo que el escrutinio de los votos se tuvo que interrumpir por un conflicto entre la transmisión de los datos del órgano central y de los tribunales departamentales.

Por su lado, Mesa dijo los datos oficiales confirman una segunda vuelta para el 15 de diciembre, pero criticó el retraso de conteo de votos . "Una vez más el Tribunal Supremo Electoral incumple su palabra. Su compromiso era darnos el 100% de los resultados del cómputo total de los votos del país a través del mecanismo llamado TREP [Transmisión de Resultados Electorales Preliminares]", sostuvo en un vídeo difundido en las redes sociales. 

"No vamos a permitir que se manipule un resultado que obviamente nos lleva a segunda vuelta", agregó.

La misión de la OEA que encabeza la observación internacional de los comicios también lamentó lo sucedido a través de Twitter. Consideró "fundamental" que la autoridad electoral "explique por qué se interrumpió la transmisión de resultados preliminares" y exigió "que el proceso de publicación de los datos del cómputo se desarrolle de manera fluida". 

Morales, líder del Movimiento Al Socialismo (MAS), que según los primeros datos pierde un 18% de votos con respecto a 2014, trató de minimizar el revés electoral.  "Igual el pueblo boliviano se ha impuesto para continuar con el proceso de cambio", dijo, sin mencionar el inminente balotaje.  

"Vamos a esperar hasta el último escrutinio del voto nacional", insistió Morales, quien se presentó a estos comicios a pesar de haber perdido un referéndum sobre reelección indefinida en 2016 y tras haber sido habilitado como candidato por el TSE.

Las denuncias del expresidente Mesa se suman a las acusaciones que durante la campaña electora lanzaron otros adversarios de Morales, que agitaron el fantasma del fraude. 

De hecho, el mismo Mesa, candidato de la plataforma Comunidad Ciudadana y dirigente del Frente Revolucionario de Izquierda, un movimiento que se ha alejado de sus orígenes ideológicos, alentó la tesis del fraude a lo largo de la jornada electoral. 

Si los resultados se confirman, Mesa se verá obligado a buscar alianzas o pactos con movimientos antagónicos. Óscar Ortiz, candidato de Santa Cruz con un proyecto de tinte neoliberal, fue el primero en confirmar su apoyo. "Los bolivianos han decidido que quien enfrente a Evo Morales en segunda vuelta sea Carlos Mesa y nosotros apoyaremos esa decisión sin reserva ni condiciones", dijo.

A su turno, el ultraconservador Chi Hyung Chung, un pastor presbiteriano, también dejó entrever su apoyo a Mesa, que gobernó Bolivia entre 2003 y 2005, y que ahora se enfrentaría al presidente en el primer balotaje que se da en el país desde 2002, aunque entonces fue el voto del Parlamento el que inclinó la balanza.

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