El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, ratificó este martes en la apertura de la Asamblea General de la ONU, en Nueva York, su discurso negacionista del cambio climático, al afirmar que la Amazonía, amenazada por la tala ilegal, la explotación de tierras y los incendios forestales, no es "patrimonio de la humanidad", sino de los países que abarca. 

El cuestionado mandatario insistió así en defender su derecho a explotar las reservas naturales, incluidas las tierras indígenas, de un territorio azotado en los últimos meses por el fuego que destruyó millones de hectáreas de bosques.

"Es una falacia decir que la Amazonia es patrimonio de la humanidad y es un error, como atestiguan los científicos, decir que nuestros bosques son el pulmón del mundo".

Incluso el líder ultraderechista arremetió contra los medios de comunicación internacionales a los que acusó de estar guiados por un "espíritu colonialista" y cuestionó a Francia por sugerir la imposición de sanciones contra Brasil "sin ni siquiera escucharnos".

"Cualquier iniciativa para proteger la Amazonia debe incluir un total respeto a la soberanía de Brasil".


Pese a las críticas, Jair Bolsonaro aseguró que su gobierno "está profundamente comprometido con la preservación del medio ambiente y el desarrollo sostenible". y atribuyó los incendios en la Amazonia al "clima seco y vientos", y alegó que "las poblaciones indígenas y locales también usan el fuego como parte de su cultura".

Incluso, el presidente del gigante sudamericano defendió que mantener intacto el territorio indígena, que ocupa el 14% de Brasil, solo aumenta la pobreza y el aislamiento de dichas comunidades. "Lamentablemente, algunas personas, tanto dentro como fuera de Brasil, con el apoyo de las ONG, insisten en tratar y mantener a nuestros pueblos indígenas como cavernícolas", reiteró.

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