El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ha acusado el golpe que significó la reunión de cancilleres y embajadores en Lima, a iniciativa del gobierno peruano, que concluyó con una declaración firmada por 14 países latinoamericanos que condenan la ruptura del orden democrático del régimen chavista y que amenaza con aislar a Caracas del resto de la región.

"Allí hablaron de bloqueo, que a Venezuela no se le preste ni un dólar", dijo Maduro este jueves en su primera comparecencia ante Asamblea Nacional Constituyente que impuso en medio de una brutal represión de las protestas y denuncias de un fraude electoral.

Nicolás Maduro antes de la sesión en la Constituyente.  (Reuters)

Luego Maduro arremetió contra el presidente Kuczynski, el promotor de esa cita, y lanzó una propuesta, pero con tono de amenaza, a su estilo:

"Al presidente estadounidense del Perú, lo reto a que apruebe una reunión de presidentes de América Latina en la que nos veamos las caras y, a través del diálogo, restituyamos las relaciones de respeto".

En buena cuenta, lo que propone el cuestionado mandatario venezolano es una reunión de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (Celac) y que como único punto de la agenda se aborde "la restitución de las normas del respeto internacional" y "el diálogo sobre la verdad de Venezuela".

"No veo la razón para que se nieguen. Se la pasan hablando de Venezuela. ¿Quieren hablar de Venezuela? Hablen conmigo, pues. Si nos tenemos que quedar dos días encerrados hablando de tú a tú, hablaremos y buscaremos recomponer las relaciones de América Latina y El Caribe. Hagamos una agenda común, con los temas que unen a la región", insistió Maduro.

La próxima reunión de la Celac, que no incluye a EEUU ni Canadá, se celebrará en octubre en El Salvador, cuyo gobierno, que presiden Salvador Sánchez Cerén, es de los pocos países del la región que apoya al régimen chavista.

El Perú responde

El canciller peruano, Ricardo Luna, se refirió este viernes a la propuesta de Maduro, y la descartó de plano, tanto por la forma —el tono y los calificados que usó contra PPK— como por el fondo, al no ser un planteamiento serio, debido a que no precisa temáticas, invitados ni razones.

"Es una invitación informal, nosotros no la consideramos como una cosa que habría necesariamente que evaluar", dijo el jefe de la diplomacia peruana, al confirmar que lo sí está evaluando el gobierno peruano es la eventual expulsión del embajador peruano en Venezuela.

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