La política islamófoba de Donald Trump empieza a tener éxito. Luego de meses de bloqueo, el veto migratorio, propuesto por el mandatario estadounidense, ha sido aceptado en parte por el Tribunal Supremo de EEUU: se aplicará a todos aquellos extranjeros —de Irán, Libia, Somalia, Siria, Sudán y Yemen— que no tengan vínculo sólido con "una persona o entidad de Estados Unidos". Esta decisión será aplicada hasta que se resuelva completamente la demanda que interpuso el mandatario.
¿Qué ordena el veto? La paralización de concesión de visados a ciudadanos de esos seis países de mayoría musulmana. La medida durará 90 días y a diferencia del primer decreto, elimina a Irak de la lista de países vetados y aligera la carga restrictiva.
Trump se pronunció sobre la decisión del máximo tribunal estadounidense, y lo consideró un triunfo político, luego de varios reveses judiciales que sufrió su política migratoria:
"La decisión unánime del Supremo es una clara victoria de nuestra seguridad nacional. Nos permite suspender los viajes en seis países proclives al terror y el programa de refugiados queda suspendido. Como presidente no puedo autorizar la entrada en nuestro país de quienes nos quieren hacer daño. Mi tarea como comandante en jefe es mantener al pueblo americano a salvo".
Lo que no ha cambiado con esta nueva medida es la suspensión por 120 días del programa de refugiados y el freno del paso a viajeros de países musulmanes.
Pero, ¿cuál fue el argumento de Trump? Según ellos responde a la amenaza a la seguridad nacional y la necesidad de establecer mayores controles. Por ello, el tribunal aceptó que el interés nacional está por encima del eventual daño que pudiese causar el veto a los viajeros y refugiados. Claro, la condición para su apoyo es exceptuar de la medida a aquellos que ya poseen un vínculo profesional, familiar o de estudios con EEUU. Esto quiere decir que ni refugiados o viajeros musulmanes podrán ingresar a la potencia mundial.
La admisión de esta medida se dio luego de la llegada al Tribunal Supremo del juez Neil Gorsuch, quien fue nominado por Trump, con lo cual la máxima corte de EEUU tiene mayoría conservadora asegurada.
(Foto de portada: Difusión)
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