Este lunes, la corte de apelaciones del Noveno Circuito, en San Francisco, decidió por unanimidad rechazar el recurso del Gobierno de EEUU y mantener paralizada la aplicación de la orden ejecutiva del presidente Donald Trump que plantea prohibir la entrada a Estados Unidos de ciudadanos de seis países de mayoría musulmana.

Es la segunda corte federal de apelaciones que —junto a la de Virginia— rechaza el veto migratorio del mandatario. Sin embargo, este fallo en San Francisco —que es el tribunal con jurisdicción sobre nueve estados del Oeste— supone el cierre de cualquier vía de éxito judicial de la Administración de Trump antes de la decisión del Tribunal Supremo sobre el asunto.

Justo tras introducirla en el máximo tribunal, el mandatario atacó al Departamento de Justicia por no defender su orden ejecutiva original sino la "aguada", como catalogó al texto revisado de la medida.

"Concluimos que el presidente al emitir la orden ejecutiva sobrepasó el alcance del poder que le otorgó el Congreso", señalaron los jueces. "La inmigración, incluso para el presidente, no es resorte de una sola persona", señala el fallo.
"Al suspender la entrada de más de 180 millones de ciudadanos de seis países, suspender la entrada de todos los refugiados y reducir la capacidad de admisión de refugiados de 110,000 a 50,000 para el año fiscal 2017, el presidente no cumple con una precondición esencial para ejercer la autoridad que se le delegó: el presidente debe verificar lo suficiente para asegurar que la entrada de esas clases de personas podría ir en 'detrimento de los intereses de Estados Unidos'", agrega la resolución.

Como se recuerda, el primer veto migratorio fue dictado en febrero de este año y prohibía el ingreso temporal de ciudadanos de siete países de mayoría musulmana bajo la excusa de proteger la seguridad nacional. El decreto presentado por Trump no solo frenaba la concesión de visados a Irak, Irán, Siria, Libia, Somalia, Yemen y Sudán, sino que también dejó fuera del país a las personas que tenían los visados ya aprobados e incluso a residentes permanentes que estaban en el extranjero en ese momento.

Tras la suspensión judicial del decreto de Trump, el Gobierno decidió dictar una nueva normativa, en la que bajaba de siete a seis países (Irak quedaba fuera) y ya no afectaría de manera retroactiva a los que tenían visados o residencia en vigor. Con un lenguaje más moderado, el equipo de Trump insistió a los medios en que no era un “veto migratorio”. 

Sin embargo, los tribunales otra vez declararon ilegal su aplicación, apoyándose en una base legal de inconstitucionalidad. La decisión de este lunes en San Francisco señala que el gobierno de Donald Trump aún no puede aplicar la restricción de viajes, una de las medidas que considera prioritaria para la seguridad nacional. 

(Foto de cabecera: AP)

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