El secretario de Seguridad Interior de EEUU, John Kelly, en una entrevista a la cadena CNN, afirmó que “haría casi cualquier cosa" para disuadir a los inmigrantes de cruzar la frontera ilegalmente. Por ello, sostuvo que el gobierno de Donald Trump está considerando separar a los padres de los hijos si son capturados por la Policía fronteriza.
Este planteamiento busca mantener bajo detención policial a los padres mientras afrontan un proceso de deportación o llevan a cabo una petición de asilo; en tanto los hijos quedarán bajo la custodia de los servicios sociales de EEUU hasta encontrar algún pariente o familiar que se haga responsable del menor.
Kelly dijo que los servicios sociales se encuentran preparados y tiene una "tremenda experiencia" a la hora de tratar con menores no acompañados. "Ellos (los menores) estarán bien cuidados mientras abordamos la cuestión de sus padres. Para mí es más importante intentar mantener alejada a la gente de esta terrible red (de tráfico de inmigrantes)", añadió.
El funcionario sostuvo que la "la gente de Centroamérica" entra en la red peligrosa en busca del sueño americano y los "lleva hacia México y Estados Unidos".
Esta posible medida se plantea en medio de un incremento proporcional de este tipo de inmigración. Entre el pasado octubre y enero último, alrededor de 54.000 niños y sus padres fueron capturados por la policía fronteriza estadounidense, más del doble que en el mismo periodo del año anterior, según estadísticas citadas por la agencia Reuters.
En tanto, demócratas y organizaciones sociales señalaron que la separación de padres e hijos podría vulnerar derechos humanos y propiciar traumas psicológicos duraderos.
Hasta ahora, padres e hijos pueden pasar un máximo de 21 días en un centro de detención migratoria y luego se les da el beneficio de quedarse en EEUU hasta que se resuelva el caso de su entrada ilegal, medida que fue establecida por el exmandatario Barack Obama.
Esta posible medida se sumaría a otras fuertes políticas migratorias que buscan una mayor rigurosidad en el control de sus fronteras, como la que acaba de firmar Trump el lunes, en la que insiste con vetar el ingreso a EEUU de ciudadanos de seis países de mayoría musulmana.
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