Horas después de su cita con el presidente Pedro Pablo Kuczynski, el exmandatario Alan García publicó en sus cuentas en las redes sociales esta "nota informativa":

Además de sus recomendaciones como exjefe de Estado, cargo que los peruanos le han encomendado en dos oportunidades, el líder aprista se pronunció sobre dos temas:

"este es el momento oportuno para reestructurar contratos de costo exagerado como la Línea II del Tren o el Gasoducto del Sur, cuyas obras han sido manifiestamente sobredimensionadas, comprometiendo, estas dos, más de US$ 15,000 millones para los años próximos, con lo que el margen de inversión en obras sociales se ve limitado".

Por ahora nos referiremos al caso de la Línea 2 del Tren, que ha llamado la atención en los últimos días gracias al contralor general de la República, Édgar Alarcón, quien ha llamado la atención por contratar como coordinador parlamentario a Juan Díaz Dios, obligado a alejarse del cargo ante la evidencia de su cercanía con el fujimorismo.

La Línea 2 es un nuevo tramo (Ate-Callao) del ahora llamado Metro de Lima, que años atrás era conocido como "Tren Eléctrico", obra emblemática del primer gobierno de García, que no estuvo exenta del escándalo.

ESE TREN QUE NO TERMINÓ

En su primer gobierno (1985-1990), García retomó un proyecto que había estado encarpetado desde la segunda mitad de la década de 1960, al que denominó Tren Eléctrico. El entonces presidente colocó la primera piedra de esta obra el 18 de octubre de 1986 en lo que ahora se conoce como Estación Cabitos.

Pese a que su ruta original estaba proyectada para hacer un recorrido desde Villa El Salvador hasta el centro de Lima, las obras solo llegaron hasta San Juan de Miraflores. Aún así, el 28 de abril de 1990, a tres meses de finalizar su régimen, García inauguró, con bombos y platillos, una obra inconclusa.

Es conocido que Alberto Fujimori no continuó con la obra por cuestiones políticas, así como sus sucesores, que no le dieron importancia. Pero este proyecto tuvo algunas irregularidades.

SERGIO SIRAGUSA Y LOS DEPÓSITOS EN GRAN CAIMÁN

Este empresario italiano, que representó al consorcio Tralima (encargado de la construcción del tren), declaró ante la Fiscalía de su país que tanto García como el primer ministro Betino Craxi se habían beneficiado de millonarias coimas por la ejecución del Tren Eléctrico de Lima.

Siragusa ratificó esta acusación el 20 de diciembre de 1993 ante la fiscalía peruana, al asegurar que entregó a García 200 millones de dólares en efectivo, y le depositó otros 840 mil en cuentas fuera del Perú.

Una vez que García se exilió fuera del Perú en 1992, luego del "autogolpe" de Fujimori, fue procesado por enriquecimiento ilícito. En dicho proceso, se conoció que Siragusa hizo depósitos en cuantas cifradas 280762361 y 2952733 del Barcklay’s Bank, en las islas Gran Caimán (conocido paraíso fiscal), que pertenecerían al líder aprista. 

Los abogados del expresidente indicaron que dichas cuentas que eran del empresario Alfredo Zanatti. Finalmente, el exmandatario se acogió a la prescripción, con lo cual pudo postular a la presidencia en el 2001 y luego volver a Palacio de Gobierno cinco años después.

En su segundo gobierno García logró terminar su obra de bandera. Pero eso no le quita las sombras de haberla dejado inconclusa y de la corrupción en que habría incurrido, por lo cual mucho no puede hablar de "sobrevaloración de costos" en la Línea 2. En todo caso, les dejamos este vídeo divertido para recordar esa historia:

Sobre el Gasoducto del Sur, prometemos otro post.

Foto de cabecera: Andina

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