Luego de un arranque auspicioso, la performance en los últimos días del Gabinete Zavala ha dejado más dudas que certezas. Algunas contradicciones y los primeros desencuentros entre sus miembros generaron la sensación de una falta de solidez y cohesión política en el equipo de ministros de PPK, que parece además que está cediendo a las presiones del fujimorismo para que enfile su artillería contra Ollanta Humala y su gobierno para saciar las ansias de venganza que Fuerza Popular y su aplastante mayoría en el Congreso tienen tras la derrota electoral.
El último capítulo ha sido el del ministro de Economía, Alfredo Thorne, quien acusó a la ex primera dama Nadine Heredia de poner a gente de su confianza en el MEF y que estas personas le rendían cuentas a ella directamente, lo que está en la línea de la exigencia naranja que quedó evidenciada en el reciente debate del voto de confianza del gabinete en el Pleno, donde los fujimoristas, le exigieron al jefe del gabinete ponga en entredicho la reputación del gobierno de Humala para darle la investidura.
Thorne tuvo que recular de sus acusaciones, luego que el mismo PPK y Zavala lo desautorizaran al señalar que no estaban al tanto de la supuesta injerencia de Heredia en el MEF, y dijo que no tenía pruebas de ello. Alonso Segura, el último ministro de Economía del gobierno pasado, le ha exigido que dé los nombres de los funcionarios que supuestamente puso Heredia o, de lo contrario, que se retracte.
De esto además se desprende una pregunta que se cae de madura: ¿Es que acaso Thorne no les comentó un asunto tan delicado a sus superiores inmediatos antes de salir a hacer una declaración de ese calibre? Pero este no es el único caso en que, al parecer, no hubo una coordinación previa en el gabinete.
Hace dos semanas, en otro tema clave, la diversificación productiva, el ministro de la Producción, Bruno Giuffra, dijo en un entrevista televisiva que este asunto era una prioridad de su sector, pero subrayó que el enfoque y énfasis para lograrlo iba a estar en el sector privado, y se declaró enemigo del “dirigismo” del Estado. Esta postura le granjeó críticas de algunos sectores.
Luego el premier Zavala, en una entrevista con La República, señaló que él cree que "en el Perú de hoy falta más Estado", una declaración que deja entrever que su visión se contrapone con la del titular del Produce y puede entenderse como una contradicción.
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