Manifestaciones masivas en unas 200 ciudades de Brasil pusieron aún más presión sobre la presidenta Dilma Rousseff, quien enfrenta una decisiva semana al afrontar un proceso de impugnación en el Congreso.

fuente :EFE

Alrededor de 3 millones de personas, según cálculos de la policía, salieron a las calles reclamando la dimisión de la mandataria en medio del descontento masivo por los múltiples casos de corrupción del régimen y la peor recesión que sufre el país en años. 

Las acusaciones

Se espera que para algún momento de la presente semana, Eduardo Cunha, el presidente de la cámara baja parlamentaria y uno de los principales opositores de Rousseff, forme una comisión para comenzar el proceso de una moción de censura por las varias acusaciones de mala gestión fiscal. 

Cabe indicar que aunque Cunha no tiene decisión sobre la formación del comité, varios miembros de su partido centrista PMDB, prometieron ser más independientes del gobierno de la actual presidenta. 

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Por su parte, Rousseff ha anunciado que no dimitirá, aunque se encuentra presionada por los propios miembros de su Partido de los Trabajadores (PT) quienes desean que su mentor y predecesor en el cargo, Luiz Inácio Lula da Silva, asuma un cargo en el gabinete e incorpore a otras personas que él mismo elija. Sin embargo, el expresidente se encuentra en la espera para que un juez de Sao Paulo determine si tiene que ser detenido por cargos de corrupción en el caso Petrobras por ocultamiento de patrimonio y lavado de dinero. 

Frente a este oscuro panorama, las recientes protestas agravan ya la complicada situación de Rousseff que además de la campaña de impugnación, también afronta una investigación de fiscales federales sobre corrupción en el escándalo de la petrolera estatal Petrobras, la misma que ha venido afectando a personas de su círculo más cercano dentro de las últimas  semanas. 

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Tras las manifestaciones públicas, Rousseff se pronunció mediante un comunicado:

"El carácter pacífico de las manifestaciones de este domingo demuestra la madurez de un país que sabe cómo coexistir con opiniones diferentes y sabe cómo garantizar el respeto a sus leyes e instituciones".

Cabe indicar que la marcha que albergó a más manifestantes se dio en la capital económica del país, Sao Paulo, una ciudad muy representativa del descontento contra Rousseff y el Partido de los Trabajadores. La prestigiosa encuestadora Datafolha calculó que solo unas 500.000 personas intervinieron en esta protesta, mientras que la policía estimó una participación tres veces mayor a la anterior cifra. 

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El análisis

Según Francisco Fonseca, un profesor de ciencias políticas de la Universidad Católica Pontificia de Sao Paulo, existe una 'situación de ingobernabilidad' en el país y frente a ello 'la presidenta tiene pocas cartas' que jugar. 

Sin embargo, el especialista señaló que las protestas mostraron 'un descontento generalizado con el sistema político', lo que significa que la ciudadanía no reforzaría necesariamente a algún político o partido opositor en concreto. 

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La protesta

Los manifestantes, vestidos emulando el amarillo y verde de la bandera brasileña, mostraban carteles con frases como 'Fuera Partido de los Trabajadores', aunque dejaron en claro que su malestar iba más allá de la actual mandataria y su organización política. Y es que consideran que el escándalo de Petrobras viene comprometiendo a toda la clase política. 

En ese sentido, una maestra retirada llamada Maria de Lima Pimienta, quien acudió a la marcha en la playa de Copacabana de Río, dijo:

"Por supuesto que quiero ver a Rousseff en la calle. Pero entonces, el problema pasa a ser quién la sustituye. Son todos unos delincuentes".

Por su parte, los organizadores de las protestas resaltaron que el movimiento no está vinculado a ningún partido político de la oposición, aunque acudieron varios políticos conocidos como Aecio Neves, el opositor que perdió por muy poco margen contra Rousseff en la segunda vuelta de las presidenciales del 2013, y el gobernador de Sao Paulo, Geraldo Alckmin

Pero la estrella de la jornada fue Sergio Moro, el juez federal que está a cargo de caso Petrobras, a quien muchos le agradecieron con frases y carteles. 

(Con información de infobae.com)

(Foto de cabecera: EFE)

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