El 14 de abril del 2015 fue un día infausto para la comunidad LGTBI y para quienes creemos en la igualdad de derechos. Esa fecha, la Comisión de Justicia y Derechos Humanos archivó el proyecto de Unión Civil para personas del mismo sexo. Esta decisión se tomó a pesar de las multitudinarias marchas que se realizaron a favor de esta norma.
En plena campaña electoral, este tema vuelve a la agenda política. Y es que como hemos señalado, la Unión Civil es apoyada por un importante sector de la ciudadanía y, por extensión, de los votantes. Así, algunos partidos políticos (muy pocos en realidad) han incluido en sus planes de gobierno políticos a favor de la comunidad LGBTI, incluida la unión entre dos personas del mismo sexo.
Otros movimientos, en cambio, persisten en una visión conservadora y tradicional de la familia, y esto se expresa no solo en su propuesta programática sino en las personas que incluyen en sus listas de candidatos.
Ese es el caso de Alianza para el Progreso (APP) que ha incluido en su nómina al Congreso por Lima a pastor Julio Rosas (exmiembro del fujimorismo) y Humberto Lay (candidato a la segunda vicepresidencia de APP), dos personas contrarias a cualquier proyecto a favor de los derechos LGTBI.
A propósito de esa decisión el colectivo Unión Civil Ya mostró su rechazo a través de una publicación en Facebook:
#CésarAcuña, ¡no repetiremos la homofobia en el Congreso!
El día de hoy se confirmó que el ex congresista Julio Rosas integraría la lista al Congreso de César Acuña con el número 8; asimismo, el pastor evangélico Humberto Lay se presentaría con el número 1. Ambos fueron congresistas que se opusieron no solo a la Unión Civil, sino a cualquier iniciativa por los derechos LGTBI en el Congreso. Tanto Julio Rosas como Humberto Lay son los máximos representantes de la Iglesia Evangélica en la política peruana y enemigos declarados de las personas LGTBI. Queda clara la alianza entre este sector conservador que se opone a nuestros derechos y César Acuña.
Rechazamos la candidatura de César Acuña y hacemos un llamado a la comunidad LGTBI y en general a las personas que creen en un Estado laico y en la igualdad de derechos para todxs, a reflexionar seriamente sobre el peligro que esta candidatura implica.
Señor Acuña, ¡no repetiremos la homofobia en el Congreso!
#Elecciones2016 #TodosLosDerechos #LGTBI.
En LaMula.pe recogimos una investigación de Ojo Público que daba cuenta que el tema de los derechos LGTBI está ausente de los planes de gobierno por las agrupaciones políticas que postulan a la presidencia a Keiko Fujimori, César Acuña, Alan García, Alejandro Toledo y Daniel Urresti.
Sobre esta misma ausencia, el colectivo No tengo Miedo elaboró un cuadro bastante ilustrativo:
Al rechazo a la Unión Civil y a los derechos LGTBI se le suma la reticencia por fortalecer la laicidad del Estado Peruano.
La Constitución Política señala que existe la libertad de culto aunque reconoce la labor de la Iglesia Católica en el desarrollo de la sociedad peruana.
Ese reconocimiento no solo es honorario, sino también monetario, lo cual fue criticado por Verónika Mendoza, candidata presidencial del Frente Amplio, quien no descartó -si llega a Palacio- quitar los beneficios económicos a la Iglesia Católica, una institución que se ha declarado en contra de la Unión Civil, siendo uno de sus principales voceros el cardenal Juan Luis Cipriani.
En cambio, Julio Guzmán, aspirante presidencial de Todos por el Perú, dijo que está a favor de mantener el financiamiento del Estado Peruano a la Iglesia Católica e incluso señaló que ese beneficio debería ampliarse a otras religiones, lo cual contradice la naturaleza del Estado Laico -el cual no debe beneficiar a ninguna religión- y de la 'modernidad' que busca representar el economista.
Sobre ello, el analista Enrique Vásquez Kunze escribió en una columna publicada en El Comercio:
"Resulta extraña la concepción que tiene Julio Guzmán sobre la modernidad que afirma encarnar, pues si hay algo que distingue a esa forma de ver el mundo de la visión tradicional y conservadora que la precedió es, precisamente, su divorcio con la religión.
Así que la modernidad no solo se trata de que el Estado no tenga religión oficial (como en Irán o Arabia Saudí), sino que este no debe tomar partido por ninguna. De tal modo que el Estado laico y neutral no es un capricho de la modernidad sino su producto político más cabal y emblemático".
No olvidemos tampoco que Guzmán -sobre el tema de la Unión Civil- ha cambiado de opinión -como lo acaba de hacer con la Consulta Previa- en los últimos meses.
En un principio dijo que tenía una opinión personal sobre el tema pero que se la iba a reservar. Posteriormente, tras su ascenso en las encuestas, señaló estar a favor de esta propuesta.
Por otra parte, Keiko Fujimori se mostró a favor de mantener los beneficios a la Iglesia, lo cual -a pesar de su conversión en Harvard- no sorprende. El fujimorismo siempre acogió la agenda conservadora.
[Foto de portada: AFP]
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