Ayer en una entrevista en el programa "Buenos Días Perú", Mauricio Mulder comparó al candidato a la presidencia César Acuña (Alianza por el Progreso) con el recientemente apresado narcotráficante "El Chapo" Guzmán Loera. ¿Su justificación para realizar semejante comparación? Aparte de sus fines políticos de descrédito o de siembra de duda, el congresista aprista hizo referencia a los millonarios recursos que maneja el candidato presidencial.
Esta afirmación se da luego de que se conociera la declaración de ingresos de Acuña ante el Jurado Electoral Especial, con ello el conocimiento de la gran cantidad de inmuebles y terrenos, y la cantidad especial de vehículos que candidato de "plata como cancha" posee. De ahí el comentario de Mulder: "Ni "El Chapo" Guzmán tiene tantos vehículos, él (El Chapo) ha declarado que tiene hasta submarinos, a lo mejor el señor Acuña tiene submarinos. Le van a terminar diciendo El Chapo Acuña".
Pero, ¿de qué se está olvidando el congresista cuando sostiene todo ello?
El líder de Mulder, Alan García, y su partido, el APRA, han sido vinculados con distintos agentes del narcotráfico: el investigado por formar parte de una importante red de tráfico ilícito de drogas, Gerald Oropeza, además de su madre, Pilar López ("seré aprista hasta la muerte"), han pertenecido oficialmente partido de la estrella.
Asimismo, el extitular de la Comisión de Gracias Presidenciales Miguel Facundo Chinguel, durante el segundo gobierno de García, fue parte de otra red ilícita que permitía la salida de narcotraficantes y juzgados por otros delitos graves a través de indultos, a cambio de dinero. Facundo Chinguel ya fue juzgado por este delito.
Es por ello, así como por otros casos, que cuando un aprista como Mulder desliza la sugerencia de vincular o asemejar a alguien con el narcotráfico, hay que preguntarse: ¿cuánta autoridad tiene para ello?
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