Dicen que el poder ciega y obnubila la mente. Y eso parece estar pasando con el presidente Ollanta Humala, quien negó que su esposa, la primera dama Nadine Heredia sea un "lastre" que golpea su popularidad.
Pero la realidad parece decir lo contrario. De hecho, la última encuesta de Datum Internacional revela que la aprobación de su gestión cayó a 17% y su desaprobación subió a 80%, mientras que las cifras de Heredia son peores aún: 13% la aprueba y 83% la desaprueba.
Pero el jefe de Estado, en entrevista con la CNN en español, dijo que no ve "ningún lastre" y que hay temas más importantes y trascendentes para el Perú, pese a que en el último tramo de su gobierno se la pasó defendiendo en todos los tonos e idiomas a su esposa de las denuncias e investigaciones por corrupción que afronta.
"No veo ningún lastre en esto (...) creo que el Perú es más importante, y hay tantas noticias importantes y trascendentales que creo que como gobernante tengo la obligación tengo que poner a cada cual su prioridad y eso no es una prioridad".
Incluso el mandatario calificó de intrascendente el tema de las supuestas agendas de Nadine Heredia y que no cree que este tema afecte la imagen presidencial.
"Para mí el tema de la realización de la Junta de Gobernadores, los problemas de la economía a nivel mundial, buscar mercados para las fuerzas productivas del país, resolver los problemas en el interior del país, reducir brechas de desigualdad me ocupan prácticamente todo mi tiempo para estar dedicándole el tiempo a algo que no tiene mayor trascendencia".
Pero en este punto, otra vez, la percepción de la ciudadanía es otra, según la citada encuesta, el 65% cree que Humala se dedica más a los problemas que su esposa que a afrontar los problemas del país.
El analista Fernando Rospigliosi sostiene que, a estas alturas, los peruanos ven en Humala un presidente débil y sin liderazgo para enfrentar los problemas del país, mientras que su colega Santiago Pedraglio señaló las cifras mencionadas revelan un quiebre de la credibilidad, la confianza y la comunicación entre la ciudadanía y la pareja presidencial.