La reforma migratoria gana el primer round
Por 68 votos a favor y 32 en contra, los senadores aprobaron el texto con opiniones divididas.
El Senado de EEUU aprobó de forma definitiva la mayor reforma migratoria del país desde 1986, la cual abrirá un camino de 13 años para conseguir la ciudadanía de los 11 millones de inmigrantes indocumentados en el país, además de reforzar la seguridad fronteriza.
Por 68 votos a favor y 32 en contra, los senadores aprobaron la polémica legislación, elaborada por el 'Grupo de los Ocho’ -como se conoce a los senadores demócratas y republicanos que lanzaron las negociaciones de la reforma el pasado mes de enero-.
Catorce republicanos se unieron a una bancada demócrata en apoyo al proyecto de ley, respaldado por la Casa Blanca y con potencial para convertirse en el gran logro del segundo mandato del presidente Barack Obama.
En un comunicado de la Casa Blanca, Obama elogió la votación del Senado como "un paso crucial" hacia la fijación de lo que él llama "un sistema de inmigración roto" y añadió que "sólo falta el Congreso para terminar el trabajo."
El proyecto aprobado por el Senado fue resultado de un "compromiso" y "es consistente con los principios fundamentales para una reforma de sentido común que yo y muchos otros hemos establecido en repetidas ocasiones", sostuvo el mandatario.
Con la votación, el apoyo sobrepasó los 60 votos mínimos que requería para que avanzara el plan de reforma. Aunque previamente, el Senado aprobó otra moción para incluir en el texto final decenas de enmiendas que fueron votadas a lo largo del debate. El vicepresidente Joe Biden presidió la decisión y los senadores votaron uno por uno de sus escritorios.
El senador republicano por Kansas Jerry Moran puso el toque de humor en la sesión al votar por error "sí". Tras el suceso, le pidió a su asistente que rectificara a "no" y la cámara estalló en carcajadas. Biden golpeó su mazo y llamó al orden.
"Hoy es un día histórico en el Senado", dijo el senador Patrick Leahy, demócrata de Vermont. "Esta legislación reunirá a las familias. Ayudará a millones de personas a salir de las sombras y en nuestro sistema legal. Esto estimulará el crecimiento del empleo, reducirá nuestro déficit. Y nos hará más seguros", sentenció.
"Ha llegado el momento de actuar en el interés de todos los estadounidenses", declaró el senador Bob Menéndez, demócrata de Nueva Jersey, un miembro del Grupo de los Ocho.
La mayoría de los conservadores, sin embargo, permanecen firmes en oponerse a la medida, y han dado por muerta la reforma con su llegada a la Cámara de Representantes.
Ahora, la reforma se enviará al Congreso, donde la legislación no parece que será bien recibida por la mayoría republicana. El portavoz de la mayoría republicana, John Boehner, quien ya reconoció que su partido necesita respaldar la reforma para recuperar el voto de los hispanos, indica ahora que ni siquiera propondrá un voto de la legislación si no convence a los conservadores.
Sin embargo, Obama recordó el amplio apoyo que la comunidad empresarial, los sindicatos y otros actores para que propuesta salga adelante; a los que instó a ponerse en contacto con sus representantes en la Cámara para pedirles que y "hagan lo correcto."
Divisiones entre los republicanos
Los republicanos están profundamente divididos sobre el tema migratorio. A pesar de que esta reforma se convirtió en una prioridad para muchos republicanos tras la derrota de Mitt Romney en las elecciones presidenciales de 2012 -principalmente por su bajo apoyo entre los votantes hispanos- , opositores a la inmigración dentro de su propio grupo han activado sus esfuerzos para hacer fracasar las medidas.
Por ello, hay opiniones para todos los gustos. "No tenemos miedo de la gente que viene aquí de otros lugares", dijo el senador de Florida Marco Rubio, el republicano más destacado del Grupo de los Ocho y potencial candidato presidencial 2016. "Estoy a favor de esta reforma. No sólo porque creo en los inmigrantes, sino porque creo en Estados Unidos aún más", indicó.
Sin embargo, para muchos de los partidarios más fuertes del Partido Republicano, cualquier camino hacia la ciudadanía para los que entraron al país ilegalmente es una forma de amnistía imperdonable.
"Simplemente no hay manera de que pueda mirar mis electores a los ojos y decirles que las garantías de hoy no se conviertan en decepciones del mañana", dijo Mitch McConnell, republicano de Kentucky. "Nunca vamos a resolver el problema de la inmigración sobre una base bipartidista, ya sea ahora o en el futuro hasta que podamos probar que la frontera es segura como condición para la legalización", sentenció.
Con información de Agencias, The New York Times, CNN
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