En un reciente y polémico caso, la Policía Nacional del Perú ha informado sobre la detención de una mujer en Andahuaylas, Apurímac, por tener una requisitoria vigente por el delito de autoaborto. La imagen difundida en redes sociales, mostrando a la mujer esposada y retenida, ha generado un intenso debate sobre la criminalización del aborto en Perú y la necesidad de reformas legislativas.
El caso, que ha captado la atención de la opinión pública y de organizaciones de derechos humanos, pone de relieve las disposiciones del Código Penal Peruano que penalizan el aborto en diversas circunstancias, incluido el autoaborto. Según el artículo 114 del Código Penal, el autoaborto es punible con penas privativas de libertad, una normativa que ha sido objeto de críticas y cuestionamientos por parte de diversos sectores de la sociedad.
La imagen de la mujer detenida, tratada con un protocolo similar al de criminales peligrosos, ha suscitado un debate sobre la proporcionalidad de la respuesta penal en casos de aborto y sobre la estigmatización que enfrentan las mujeres que deciden interrumpir su embarazo. Este incidente ha reavivado las discusiones sobre la necesidad de despenalizar el aborto en Perú, especialmente en casos de riesgo para la salud de la mujer, violación, o malformaciones fetales graves.
Organizaciones de derechos humanos y colectivos feministas han señalado que la criminalización del aborto no solo viola los derechos reproductivos de las mujeres, sino que también las expone a riesgos para su salud al buscar métodos inseguros para interrumpir embarazos no deseados o peligrosos. Además, argumentan que la penalización del aborto perpetúa la desigualdad y la discriminación contra las mujeres, especialmente aquellas en situaciones de vulnerabilidad.
El debate se extiende a la esfera política y legislativa, donde se ha discutido la posibilidad de reformar las leyes para permitir el aborto en circunstancias específicas, como en casos de violación o peligro para la vida de la mujer. Sin embargo, estas propuestas han enfrentado fuerte oposición de sectores conservadores y religiosos, lo que ha dificultado el avance de cualquier reforma significativa.
Este caso en Andahuaylas no solo es un reflejo de la situación legal actual en Perú respecto al aborto, sino que también es un llamado a la reflexión sobre la necesidad de abordar esta problemática desde una perspectiva de derechos humanos, salud pública y justicia social. La detención de esta mujer debe servir como un punto de partida para un diálogo nacional más amplio y profundo sobre la despenalización del aborto y la protección de los derechos reproductivos en Perú.
[Foto de portada: EFE]
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