El pasado 9 de febrero, cuando se conmemoraba el primer mes de lo que la población de Juliaca (Puno) considera una "matanza" (17 civiles fallecieron víctimas de proyectiles de armas de fuego), un menor fue herido de bala en el tobillo izquierdo. "Me gustaba jugar fútbol, jugar con mis amigos, ahora ya no puedo hacer nada de eso", dice Baylón Quispe Almirón de 11 años.
Las circunstancias en las que fue herido Baylón demuestran que los agentes estatales ejercieron la fuerza de manera indiscriminada. El menor estaba acompañado de su papá y mamá, con quienes había salido a comprar una torta.
"Ese día estábamos en la casa, cocinaron y de ahí fueron a jugar. De ahí, fuimos por la pista a comprar la torta de mi papá, ya que era su cumpleaños. Como no había carro en esa parte, fuimos más abajo y nos paramos para buscar, estábamos en una esquina y atravesó la bala", cuenta Baylón en entrevista para Intermedia Producciones en colaboración con La Mula.
"Mi papá se desesperó y nos fuimos al hospital, llegamos, me pusieron en una camilla y me llevaron a hacer curar, me subieron al segundo piso para que yo durmiera esa noche. Me dormí y cuando desperté me empezó a doler y me pusieron algo para que no me duela", cuenta Baylón.
"Yo vivo acá en Juliaca, me gustaba jugar fútbol, jugar con mis amigos, pero ahora ya no puedo hacer nada de eso", lamenta el menor de 11 años.
Hasta la fecha, según datos de la Defensoría del Pueblo, hay 48 civiles fallecidos en medio de las protestas en las diversas regiones en las que se vienen manifestando contra el gobierno de Dina Boluarte y el Congreso. Además, hay 1,298 personas heridas según el reporte del Ministerio de Salud (Minsa). Del total de víctimas mortales de la represión estatal, 7 eran menores de edad.
[Foto de portada: Intermedia Producciones]
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