Cambio de mando. Joe Biden, presidente electo de los Estados Unidos, se convertirá en el 46º presidente de Estado Unidos (EEUU) una vez jure el cargo en la ceremonia de toma de posesión, que esta vez se realizará sin público, a partir de este mediodía (hora peruana). Previamente, Kamala Harris se convertirá en la primera vicepresidenta de la historia del país norteamericano. 

De esta manera, Biden llega a la Casa Blanca presentándose como un unificador de un país dividido, sacudido y convulsionado tras cuatro años de presidencia de Donald Trump, quien no estará presente en este acto ya que sigue afirmando que las elecciones fueron un fraude pese a que no tiene pruebas. Un hecho sin precedentes en 150 años de historia republicana.

Barack Obama, George W. Bush y Bill Clinton estarán, en cambio, en primera fila de ese momento bisagra de la democracia estadounidense previsto para este miércoles bajo un impresionante despliegue de seguridad, con más de 25 000 efectivos de la Guardia Nacional, que ha tornado irreconocible a la capital federal.

Joe Biden, que llega al poder con 78 años tras medio siglo en política, busca marcar desde el primer día el contraste, tanto en la forma como en el fondo, con el exempresario neoyorquino de bienes raíces. Mitch McConnell, jefe de los republicanos en el Senado, estará junto a Biden, durante una misa en la catedral St. Matthews en la mañana.

Clima, inmigraciones, relaciones exteriores: en su primeras horas en el Despacho Oval, Joe Biden firmará una serie de decretos que marcarán una ruptura con el gobierno anterior. Ayer, poco después de su llegada a Washington, rindió homenaje, en una ceremonia solemne, a las víctimas del COVID-19, en un visible contraste con Donald Trump que durante meses intentó minimizar el impacto de una pandemia que ha arrebatado más de 400.000 vidas estadounidenses.

“A veces es difícil recordar. Pero esa es la forma de sanar. Es importante que hagamos eso como país”, indicó Biden en un breve y sombrío discurso ante el imponente monumento a Abraham Lincoln.

Bye, Donald

Por su parte, Trump del La Casa Blanca tras un mandato marcado por una avalancha de escándalos y dos “impeachments”.  De hecho, deja el poder en su nivel más bajo de popularidad, abandonado por una parte de su agrupación política por los hechos de violencia en el Capitolio el 6 de enero, de los cuales lo acusan de incitar.

Luego de una breve ceremonia en la base militar Andrews, en las afueras de Washington, abordará por última vez el Air Force One para ir a su club de golf Mar a Lago, en Florida, donde comenzará su vida de expresidente.

En una de sus últimas decisiones en el cargo, Donald Trump otorgó el martes un amparo de deportación por 18 meses (DED) a los venezolanos que se encuentren actualmente en territorio estadounidense afectados por “la situación de deterioro” provocada por el “gobierno autocrático” de Caracas.

También indultó a 73 personas, entre ellas a su exconsejero Steve Bannon, aunque la lista no incluye a Trump ni ninguno de sus hijos, derrumbando las especulaciones ventiladas en los últimos días por medios estadounidenses.

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