Este martes 8 de diciembre, se publicó una llamativa noticia de relevancia global: el agua empezó a cotizar en el mercado de futuros de Wall Street. Con ello, el precio del agua sería cambiante como ahora ocurre con el oro o el petróleo.
La empresa CME Group Inc (EEUU) lanzará, esta semana, contratos vinculados al agua de California, un mercado de 1,100 millones de dólares. Si bien hay preocupación mundial por este tema, Bloomberg señala que el objetivo sería "servir como protección para los mayores consumidores de agua de California contra la subida de los precios y como indicador de escasez para los inversores de todo el mundo". Recordemos que los contratos fueron anunciados en setiembre pasado, cuando California fue afectada por incendios forestales.
Cabe precisar que lo que ha empezado a cotizar no es el agua en sí misma, sino los derechos para usarla. En declaraciones a El País, Gonzalo Delacámara, director de Economía del Agua en el Instituto Imdea, señaló que "esto siempre ha funcionado de manera informal en todos los lugares del mundo con sistema de riego".
“Un regante A le dice al B, este mes no voy a regar, te cedo mis derechos a cambio de una compensación”, agregó Delacámara.
El mercado de futuros los intercambios/transacciones son a largo plazo. Por ejemplo, en una zona de escasez de agua una persona no podría necesitar agua en un momento pro sí podría estar interesada en garantizar la posibilidad de usarla en una futura campaña de riego.
Los futuros se liquidarán financieramente y no será necesaria la entrega física real del agua. Para ello, se basarán en el Nasdaq Veles California Water (NQH2O), un índice de referencia establecido para los precios del agua en ese estado y que empezó a funcionar en octubre del 2018.
Esta semana la cotización está en 486,53 dólares por acre pie, una medida que equivale a cerca de 1,4 millones de litros.
Pedro Arrojo, economista y relator especial de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), estos intercambios entran en "flagrante contradicción con las bases con las que se administra un bien público".
"Más que flexibilizar, esto es el libre mercado que hace negocio con el agua, de repente alguien hace dinero a base de vender un derecho que le ha dado gratis el Estado”, advierte Arrojo.
“Mira hasta qué punto estas cesiones pueden ser perversas: usuarios de agua en la desembocadura del Guadalquivir, arroceros que normalmente consumen agua que ya ha discurrido por todo el río, le venden los derechos de uso a usuarios del campo de Dalias en Almería, en la cabecera, a través del trasvase Negratín-Almanzora. Es decir, esa agua ya no baja por el Guadalquivir, con lo que supone esto para otros usuarios o los servicios ambientales del río. [...] Pero, claro, el mercado no tiene en cuenta estas cuestiones”, señala el economista.
En Perú, en un contexto de conflictos mineros, desde Cajamarca se impulsó la Marcha Nacional del Agua en el 2012 que llegó a Lima en una multitudinaria y diversa manifestación ciudadana.
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[Foto de portada: crisolhoy.com]
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